Aunque esta neoplasia benigna puede ser asintomática, también puede causar síntomas obstructivos o irritativos, dependiendo de su tamaño y ubicación.
Por: Katherine Ardila
Un paciente de 65 años acudió a urgencias quejándose de dolor abdominal en el cuadrante inferior izquierdo. Como parte del procedimiento para conocer su diagnóstico, se le realizó una tomografía computarizada que mostró diverticulitis aguda y una gran masa pélvica izquierda.
Posteriormente, se realizó una radiografía magnética (RM) y se remitió a la paciente al urólogo. Tras estudiar la RM, se le diagnosticó una masa intraluminal en la vejiga, con un grosor similar al de la pared vesical en las caras anterior y posterior. Este hallazgo sugería un leiomioma intramural de la vejiga.
Pocos síntomas urinarios y sin antecedentes de tabaquismo
El paciente se quejaba de incontinencia ocasional y de urgencia urinaria. Pero negaba cualquier otro síntoma urinario. No tenía antecedentes de tabaquismo. El tacto rectal fue normal, al igual que el análisis de orina.
Para profundizar en el diagnóstico, se realizó una cistoscopia que mostró una gran masa submucosa en la pared anterolateral de la vejiga, cerca del cuello vesical, alcanzando el orificio ureteral izquierdo pero sin comprimirlo. Para obtener tejido para un estudio histopatológico, se llevó a cabo una resección transuretral limitada de la vejiga (RTUV).
Confirman diagnóstico de leiomioma del músculo lisoLa biopsia reveló una neoplasia de células fusiformes, consistente con un leiomioma, una tumoración benigna del músculo liso.
Dado el tamaño y la ubicación del tumor, el paciente fue sometido a una resección quirúrgica abierta para extirpar completamente la masa. Durante la cirugía, se realizó una incisión en las fibras del detrusor para acceder a la pseudocápsula del tumor, permitiendo que la masa de 70 gramos, que medía 7,3 cm x 4,5 cm x 4,0 cm, fuera enucleada con facilidad. La histopatología confirmó que se trataba de un leiomioma del músculo liso, sin características malignas.
El postoperatorio del paciente transcurrió sin complicaciones, y la sonda urinaria fue retirada una semana después de la intervención.
Algunas neoplasias pueden ser asintomáticas, lo que lleva a complicaciones para diagnosticarlas
Aunque esta neoplasia benigna puede ser asintomática, también puede causar síntomas obstructivos o irritativos, dependiendo de su tamaño y ubicación. En este caso, a pesar del tamaño considerable del tumor, los síntomas del paciente fueron mínimos, lo que es inusual para una masa de esta magnitud.
En términos de diagnóstico, los leiomiomas de la vejiga son raros, representando solo el 0,43% de todos los tumores vesicales, y son más comunes en mujeres que en hombres. Además, la localización intramural de la masa, como en esta circunstancia, es particularmente infrecuente, representando solo el 7% de todos los leiomiomas vesicales.
Por consecuente, este caso (González, A. et al), fue uno de los más difíciles de diagnosticar, y tan solo uno de los 250 casos descritos en la literatura científica, sin que previamente se hayan reportado más casos en varones caribeños.