Cenar y desayunar temprano podrían disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según estudio

También se evidencia que una prolongación del ayuno durante la noche se relaciona con un menor riesgo de enfermedades cerebrovasculares, como el ictus.

Por: Agencia SINC


Investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro respaldado por la Fundación "la Caixa", el INRAE, el Inserm y la Université Sorbonne Paris Nord, han desvelado que la hora en la que ingerimos nuestros alimentos podría incidir en la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Este estudio, llevado a cabo con una muestra que supera las 100,000 personas pertenecientes a la cohorte NutriNet-Santé y que fue objeto de seguimiento desde 2009 hasta 2022, indica que consumir la primera o la última comida de forma tardía se vincula a un aumento del riesgo de padecer trastornos cardiovasculares.

También se evidencia que una prolongación del ayuno durante la noche se relaciona con un menor riesgo de enfermedades cerebrovasculares, como el ictus. Los resultados, divulgados en Nature Communications, subrayan la importancia crucial de la temporalidad y el patrón de las ingestas diarias para mitigar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Estas afecciones, identificadas como la principal causa de mortalidad a nivel mundial según el estudio Global Burden of Disease, ocasionaron aproximadamente 18,6 millones de decesos en 2019, de los cuales alrededor de 7,9 millones se atribuyen a factores dietéticos. Esto resalta la función determinante de la alimentación en la génesis y el avance de dichas enfermedades. El estilo de vida contemporáneo de las sociedades occidentales ha propiciado la adopción de hábitos alimenticios específicos, como la cena tardía o la omisión del desayuno.

Crononutrición

Además de la luz, el ciclo diario de alimentación, que incluye comidas y tentempiés intercalados con períodos de ayuno, coordina los relojes periféricos o ritmos circadianos de los diversos órganos del cuerpo, ejerciendo influencia en funciones cardiometabólicas como la regulación de la presión arterial. La crononutrición está emergiendo como un campo significativo para comprender la interrelación entre el momento de la ingesta de alimentos, los ritmos circadianos y la salud.

El equipo científico basó su análisis en datos de 103,389 participantes de la cohorte francesa NutriNet-Santé, donde el 79% eran mujeres con una edad promedio de 42 años. Exploraron las conexiones entre los patrones de ingesta de alimentos y las enfermedades cardiovasculares. Para minimizar posibles sesgos, se tuvieron en cuenta numerosos factores de confusión, especialmente aquellos relacionados con la sociodemografía (edad, sexo, situación familiar, etc.), la calidad nutricional de la dieta, el estilo de vida y el ciclo de sueño.

Hallazgos y conclusiones sobre la importancia de los horarios en las comidas

Los hallazgos revelan que retrasar la primera comida del día, como sucede al omitir el desayuno, se vincula con un incremento del 6% en el riesgo de enfermedad cardiovascular por cada hora de demora. A modo de ejemplo, una persona que inicia su ingesta a las 9 de la mañana presenta un 6% más de probabilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular en comparación con alguien que comienza a comer a las 8.

Respecto a la cena, consumir alimentos tarde, especialmente después de las 9 de la noche, se asocia con un aumento del 28% en el riesgo de enfermedades cerebrovasculares, como el ictus, en contraste con quienes cenan antes de las 8 de la noche, siendo esta asociación más pronunciada en mujeres. Por último, una prolongación del ayuno nocturno, medida como el lapso entre la última comida del día y la primera del día siguiente, se relaciona con una disminución del riesgo de enfermedad cerebrovascular, respaldando así la recomendación de adelantar tanto la primera como la última comida del día.

Necesidad de más estudios

Estos resultados, que requieren confirmación mediante la replicación en otras cohortes y la realización de estudios científicos adicionales con diseños diversos, destacan el papel potencialmente crucial del horario de las comidas en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Sugieren que adoptar la práctica de realizar tanto la primera como la última comida de manera más temprana, junto con un período más extenso de ayuno nocturno, podría ser beneficioso para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

El estudio NutriNet-Santé, coordinado por el Equipo de Investigación en Epidemiología Nutricional (EREN-CRESS, Inserm / INRAE / Cnam / Université Sorbonne Paris Nord / Université Paris Cité), es un proyecto de salud pública que, gracias al compromiso y respaldo de más de 175,000 participantes, está impulsando la investigación sobre la relación entre la nutrición (dieta, actividad física, estado nutricional) y la salud.

Iniciado en 2009, este estudio ha generado más de 270 publicaciones científicas internacionales. Todavía se encuentra abierta la convocatoria para nuevos participantes en el estudio que residan en Francia, con el propósito de continuar avanzando en la investigación sobre la conexión entre la alimentación y la salud.

Al dedicar unos minutos al mes para responder a través de la plataforma segura en línea etude-nutrinet-sante.fr, los participantes contribuyen significativamente al avance del conocimiento sobre la relación entre la alimentación y la salud.

Fuente consultada aquí.




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