Su detección y tratamiento oportunos son clave para prevenir complicaciones graves, como los eventos tromboembólicos y los accidentes cerebrovasculares.
Por: Mariana Mestizo Hernández
Según la Asociación Americana del Corazón, se estima que más de 2.7 millones de personas en los Estados Unidos tienen fibrilación auricular. Sin embargo, debido a que no todos los pacientes presentan síntomas y la condición puede pasar desapercibida, el número real de personas afectadas podría superar los 6 millones.
"En Puerto Rico, esta es una arritmia no es sólo común, sino la más común, sobre todo en personas mayores de 65 años de edad. Al ser una arritmia cuyo riesgo aumenta con la edad, es de esperarse que al tener un aumento en la población de edad avanzada, las cifras continúen en aumento", afirmó la Dra. Yolanda Figueroa, cardióloga especialista en insipiencia cardíaca.
La Dra. Figueroa explica que la fibrilación auricular es una arritmia con un ritmo cardíaco irregular, que puede provocar síntomas como palpitaciones, falta de aire, fatiga y mareos. Sin embargo, en algunos casos pasa desapercibida.
Tratamiento y prevención de complicacionesEl tratamiento se enfoca en controlar la frecuencia cardíaca, restablecer el ritmo normal y prevenir complicaciones como los eventos tromboembólicos. Para ello, se utilizan fármacos antiarrítmicos, anticoagulantes y, en algunos casos, procedimientos como la cardioversión o la ablación.
"La fibrilación auricular en lugar de que las aurículas se contraigan de manera coordinada, la actividad eléctrica se vuelve caótica por lo que la sangre no circula de manera adecuada y puede ocasionar la formación de coágulos, estos a su vez pueden ocasionar un accidente cerebrovascular entre otras posibles complicaciones tromboembólicas ", advierte la especialista. Por ello, recomienda acudir al médico para determinar el tratamiento más adecuado según las necesidades de cada paciente.
Asimismo, la experta enfatiza la importancia de controlar la presión arterial, el colesterol y la diabetes en el manejo de la fibrilación auricular. Explica que la ablación, un procedimiento que elimina el tejido causante de la arritmia, es una opción para pacientes cuyos síntomas no mejoran con medicamentos.
Factores de riesgo y diagnóstico
Los principales factores de riesgo incluyen la edad, hipertensión, diabetes, obesidad, apnea del sueño y enfermedades cardíacas, además de causas no cardíacas como problemas de tiroides, desequilibrios electrolíticos y consumo excesivo de alcohol o tabaco.
Mantener un estilo de vida saludable es clave para prevenir y controlar esta condición. El diagnóstico suele realizarse mediante un electrocardiograma, que detecta el ritmo cardíaco irregular. "En ocasiones la fibrilación auricular va y viene, por lo que estudios de monitoreo tipo Holter o con uso de dispositivos portátiles son necesarios para registrar el ritmo con un periodo de tiempo más prolongado", añade.
Tecnología y su papel en la detección
Por otra parte, destaca que los relojes inteligentes y aplicaciones de salud ayudan a detectar arritmias al monitorear la frecuencia cardíaca y registrar trazados para análisis médicos.
Además, señala que la hipertensión y la diabetes aumentan el riesgo de fibrilación auricular y complicaciones cardiovasculares, por lo que su control es clave, especialmente en pacientes mayores. Aunque esta arritmia es más frecuente en hombres, en las mujeres suele diagnosticarse más tarde y con mayor riesgo de complicaciones, lo que hace necesario un tratamiento personalizado.
La importancia del tratamiento adecuado
"La fibrilación auricular es una condición seria pero tratable, es clave la detección temprana y el manejo adecuado, siguiendo las indicaciones médicas para mejorar la calidad de vida y reducir los riesgos de complicaciones a largo plazo", comentó.
En relación con lo anterior, explica que existen medicamentos para controlar la frecuencia cardíaca y prevenir eventos cerebrovasculares, destacando los nuevos anticoagulantes orales por su menor riesgo de interacciones y monitoreo más sencillo. Subraya la importancia del seguimiento médico y el cumplimiento del tratamiento.
Relación con otras enfermedades cardíacas
También menciona las cardiomiopatías, que afectan la función del corazón. Entre ellas, la dilatada debilita el bombeo, la hipertrófica engrosa el músculo y dificulta el flujo sanguíneo, la restrictiva endurece el tejido impidiendo su expansión y la arritmogénica reemplaza tejido normal por grasa o fibrosis, favoreciendo arritmias.
Los síntomas más comunes incluyen fatiga, dificultad para respirar, dolor en el pecho, palpitaciones y desmayos, especialmente durante el ejercicio. "Si estos síntomas ocurren, debe visitar al médico para determinar la causa y poder recibir un tratamiento adecuado", concluyó.