Los análisis descubrieron que el uso de siete categorías de fármacos comunes se asociaba a una mayor resistencia a los medicamentos antimicrobianos
Por: Jano
Los inhibidores de la bomba de protones, los betabloqueantes y los antimetabolitos también parecen dar lugar a infecciones resistentes causadas por bacterias de la familia Enterobacteriaceae.
Dicha información fue dada a conocer en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID) de este año, que se celebró de manera virtual.
En lo presentado por los investigadores se sugiere que tres clases de fármacos prescritos con frecuencia y que no son antibióticos –los inhibidores de la bomba de protones (IBP), los betabloqueantes y los antimetabolitos- podrían dar lugar a infecciones resistentes a los antibióticos causadas por bacterias de la familia Enterobacteriaceae.
Estas infecciones resistentes a los antibióticos están a su vez relacionadas con estancias hospitalarias más largas y un mayor riesgo de muerte.
Se trata de un estudio observacional que subraya la importancia de los fármacos no antimicrobianos utilizados habitualmente como factor de riesgo de resistencia a los antibióticos, afirman los investigadores.
Se cree que las bacterias desarrollan resistencia a los antibióticos en gran medida debido a la exposición repetida por prescripción excesiva, lo que hace que el uso reciente de antibióticos sea un factor de riesgo clave para la resistencia a estos medicamentos. Pero en la mitad de los pacientes que presentan bacterias resistentes a estos fármacos cuando ingresan en el hospital no hay ningún factor de riesgo identificable.
Los fármacos no antimicrobianos de uso común ayudan a tratar las enfermedades y a controlar los síntomas de procesos crónicos, pero pueden causar efectos secundarios no deseados. Recientemente se ha comprobado que algunos fármacos no antimicrobianos de uso común tienen un impacto significativo en la composición bacteriana del microbioma intestinal. Sin embargo, no se ha estudiado sistemáticamente el papel del uso de fármacos no antimicrobianos como factor de riesgo de infección por bacterias resistentes a los antibióticos.
Para abordar esto, los investigadores examinaron los datos de 1.807 adultos admitidos en un hospital de Tel Aviv (Israel) entre 2017 y 2019 con un diagnóstico de infección del tracto urinario superior y un cultivo de orina o, sangre positivo de Enterobacteriaceae.
El uso de 19 clases de medicamentos no antimicrobianos antes del ingreso hospitalario se recuperó de las historias clínicas electrónicas.
Se identificaron organismos resistentes a los fármacos en más de la mitad de las muestras de pacientes, y se identificaron organismos multirresistentes (resistentes a tres o más clases de antibióticos) en alrededor de una cuarta parte de los episodios.
Los análisis descubrieron que el uso de siete categorías de fármacos comunes se asociaba a una mayor resistencia a los medicamentos antimicrobianos: los inhibidores de la recaptación de serotonina, los antipsicóticos típicos, los inhibidores de la enzima Anti 10A, los inhibidores de la bomba de protones, los betabloqueantes y los antimetabolitos.
Los investigadores también descubrieron que tres clases de fármacos (IBP, betabloqueantes y antimetabolitos) estaban significativamente asociados a la resistencia a las cefalosporinas de tercera generación, al trimetoprim-sulfametoxazol y a las fluoroquinolonas. Los antimetabolitos parecían tener el mayor impacto en la resistencia a los antibióticos.
"Nuestros resultados ponen de manifiesto la importancia de la exposición a fármacos no antimicrobianos como factor de riesgo de la resistencia a los antibióticos -afirma el autor principal, Meital Elbaz, de la Universidad de Tel Aviv-. Necesitamos urgentemente estudios más amplios con más clases de fármacos para confirmar el descubrimiento y aclarar el vínculo biológico entre los medicamentos de prescripción comunes y la resistencia a los antibióticos".
Los autores mencionan varias limitaciones de su estudio, entre ellas que la exposición a los fármacos no antimicrobianos se basó en las historias clínicas y que faltaba información sobre la dosis y la duración del uso. Además, en el caso de algunos fármacos, el número de pacientes era demasiado pequeño para alcanzar la significación estadística.