De acuerdo con la OPS, aquellas personas que hoy viven con condiciones subyacentes, pacientes trasplantados, inmunosuprimidos y con cáncer, tienen un mayor riesgo de enfermedad grave y más probabilidades de morir por Covid-19.
Reino Unido y Estados Unidos se pronunciaron ante la situación de incertidumbre causada por el COVID-19, argumentando que aún es temprano para pensar en una cuarta dosis.
Aunque Ómicron parece ser menos severa, el nivel de contagios actual propende nuevas variantes para un futuro cercano.
Hay aumento del riesgo de complicaciones neurológicas entre personas que se vacunan, aunque este riesgo es mucho más alto en pacientes con coronavirus.
La diferencia entre una vacuna mRNA o de ARN mensajero (ARNm) les enseñan a nuestras células a fabricar una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria en nuestro cuerpo, según el CDC.
Los resultados indican que los trastornos asociados a las vacunas de AstraZeneca y Pfizer son raros.
OMS afirma que por el momento la tercera dosis de la vacuna serian para personas inmunosuprimidas.
La combinación, llamada AZD7442 y ensayada en el estudio PROVENT, podría ofrecer hasta 12 meses de protección frente a la enfermedad y se administra mediante inyección intramuscular.
Hay países que han optado por espaciar el tiempo entre dosis algunos días más. Uno de los motivos principales para dilatar la segunda inyección es disponer de más dosis iniciales para vacunar a más personas en las primeras rondas.