Por otro lado, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que los recortes a los programas de ayuda exterior por parte del Gobierno de Donald Trump afectarán gravemente los esfuerzos globales contra el narcotráfico.
Por: Katherine Ardila
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha emitido una alerta global ante la rápida expansión de las drogas sintéticas, un fenómeno que representa un desafío para la salud pública, la seguridad y la estabilidad internacional.
Según el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), presentado en Viena, ningún país puede enfrentar este problema de manera aislada, y se requiere una estrategia coordinada a nivel mundial para combatir su proliferación.
Un problema global que supera las fronteras
El presidente de la JIFE, Jallal Toufiq, destacó durante la presentación del informe que las drogas sintéticas, como el fentanilo, la metanfetamina y el captagon, están inundando los mercados globales a un ritmo alarmante.
"Ningún país en este planeta puede manejar solo el problema de las drogas sintéticas. Sin cooperación, no se puede resolver este problema", afirmó Toufiq.
El informe revela que en la Unión Europea (UE) se han detectado más de 500 nuevas sustancias psicoactivas sintéticas, y solo en 2023, 34 países notificaron la aparición de 44 nuevas sustancias.
Además, la producción mundial de fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína, se duplicó en 2023, alcanzando las 2,6 toneladas, frente a las 1,1 toneladas del año anterior.
Este aumento ha tenido consecuencias devastadoras, especialmente en Estados Unidos, donde el fentanilo causó la muerte por sobredosis de 107.543 personas en 2023.
Asia y Medio Oriente: Epicentros de la producción y el tráfico
El informe también destaca el crecimiento exponencial de la producción de metanfetamina en Asia oriental y suroriental, donde se incautaron 190 toneladas en 2023, la cifra más alta jamás registrada. Esta cantidad representa el 89% del total de incautaciones de drogas en la región.
Por otro lado, el captagon, un psicoestimulante sintético fabricado principalmente en Siria, está llegando en grandes cantidades a países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Jordania, Turquía y Kuwait.
Toufiq advirtió que estas sustancias son "muy fáciles de producir, diseñar, ocultar y traficar, y son extremadamente potentes, adictivas y mortales".
Desafíos legales y sanitarios
Uno de los mayores obstáculos para combatir las drogas sintéticas es la velocidad con la que se producen nuevas variantes. "Estamos persiguiendo algo que tal vez nunca logremos atrapar", admitió Toufiq. La facilidad para modificar las fórmulas químicas permite a los traficantes eludir los controles legales, lo que deja a las autoridades en una carrera contra el tiempo.
Además, la respuesta sanitaria es insuficiente en muchas regiones del mundo. "Nos falta conocimiento clínico sobre la respuesta de urgencias a estas sustancias, nos falta formación en muchos países y, sobre todo, nos faltan servicios de tratamiento", explicó el presidente de la JIFE.
Impacto de las políticas de EE. UU. y la cooperación internacionalEl informe también aborda el impacto de las políticas internacionales en la lucha contra el narcotráfico. Toufiq evitó comentar directamente sobre los aranceles impuestos por Estados Unidos a países como China, Canadá y México, pero señaló que "los traficantes siempre encuentran una manera de evitar todo lo que se les imponga".
Por otro lado, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que los recortes a los programas de ayuda exterior por parte del Gobierno de Donald Trump afectarán gravemente los esfuerzos globales contra el narcotráfico.
Un llamado urgente a la acciónLa JIFE hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para establecer un marco coordinado que aborde tanto la reducción de la demanda como la oferta de drogas. "Es necesario un enfoque equilibrado y una estrategia integral para enfrentar este problema", subrayó Toufiq.
Este llamado se produce en un momento en que la cooperación multilateral parece estar en riesgo, con la retirada de varios países de organismos internacionales. Sin embargo, la ONU insiste en que solo a través de la colaboración global se podrá contener esta crisis que amenaza con superar el consumo de drogas de origen vegetal y tener consecuencias mortales para millones de personas en todo el mundo.
Consecuencias sociales y económicasLa proliferación de drogas sintéticas no solo tiene un impacto en la salud pública, sino también en la estabilidad social y económica de los países afectados. El tráfico de estas sustancias está vinculado a redes criminales internacionales que operan a gran escala, generando violencia, corrupción y desestabilización en regiones enteras.
Además, el consumo de drogas sintéticas está asociado con un aumento en los costos de atención médica, la pérdida de productividad y el deterioro de la calidad de vida de las comunidades afectadas. "Estamos ante una crisis que requiere una respuesta integral, no solo desde el punto de vista de la seguridad, sino también desde la salud pública y el desarrollo social", señaló Toufiq.
El papel de la educación y la prevenciónLa JIFE también destacó la importancia de la educación y la prevención como herramientas clave para combatir el consumo de drogas sintéticas. "Es fundamental informar a la población, especialmente a los jóvenes, sobre los riesgos asociados con estas sustancias. La prevención es la primera línea de defensa", afirmó Toufiq.
Además, se hizo un llamado a los gobiernos para que inviertan en programas de tratamiento y rehabilitación para las personas afectadas por la adicción a las drogas sintéticas. "No podemos dejar a nadie atrás. Necesitamos servicios de tratamiento accesibles y efectivos en todo el mundo", concluyó el presidente de la JIFE.