A raíz de la ola de calor en Puerto Rico, algunas escuelas públicas han reducido la duración de las clases para proteger la salud de los estudiantes y el personal docente.
Por: Mariana Mestizo Hernández
Debido a la inclemente ola de calor que actualmente afecta a Puerto Rico, diversas escuelas públicas de la región han tomado la decisión de acortar la duración de la jornada escolar. "Todas las medidas son complejas si no conllevan una buena planificación, aquí no existe una única que solucione los problemas de temperatura en la infraestructura", explicó el Dr. Pablo Méndez, catedrático del Departamento de Salud Ambiental de la Escuela Graduada de Salud Pública del RCM.
El experto destacó que es fundamental considerar las diferencias entre las diversas regiones, incluyendo las variaciones en los presupuestos y la complejidad de la situación, los cambios en las jornadas estudiantes es una medida, sin embargo, señaló que es importante no interrumpir de manera continua la oferta de clases presenciales. "Todos estamos de acuerdo que suspender las clases no es una opción, nuestros niños han sufrido por demasiado tiempo".
Planificación tardía
En este contexto, el Dr. Méndez sugiere la posibilidad de implementar horarios alternativos, donde los estudiantes comiencen sus clases más temprano, con el propósito de evitar la exposición al calor durante las horas pico del día. "El punto detrás de esto, es que estamos improvisando, esto lo pudimos haber planificado antes de que comenzara el año académico".
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El especialista observa que, si bien se han llevado a cabo actividades académicas, talleres y eventos a través del Departamento de Salud Ambiental, no se habían implementado medidas de adaptación integrales. Además, enfatiza que el cambio climático está ejerciendo un impacto negativo en todos los servicios escolares, destacando que hoy se trata del calor, pero mañana podría ser la sequía u otras condiciones ambientales adversas.
"Las tendencias han ido aumentando por los últimos 50 años, se proyecta que se sigan elevando y lo que es peor es que ya se había pronosticado en mayo de este año por la Organización Mundial de Meteorología que durante ese veranos íbamos a estar rompiendo récords de temperaturas a escala planetaria, dicho y hecho, ocurrió en Puerto Rico y ocurrió en todo el mundo. Hemos vivido el verano más caliente jamás registrado en la historia y al año que viene, se espera que sea igual o peor", añadió.
Impacto del calor en la salud
El Dr. Méndez subrayó la inminente repercusión del calor en la salud. Añade que han colaborado eficazmente con el Recinto de Ciencias Médicas a través de la Oficina de Preparación y Respuesta, desarrollando sistemas de vigilancia y medidas de preparación para las altas temperaturas. No obstante, subraya que esta preocupación aún no es completamente perceptible para muchas personas.
"El calor no es solo una amenaza climática, sino que interactúa con las condiciones de salud preexistentes, hay grupos que se consideran vulnerables o sensitivos, por ejemplo, las personas que tienen obesidad, diabetes, asma, problemas de la piel, respiratorios, la temperatura puede ser un factor detonante de sus síntomas", concluyó.