La creciente resistencia a los antibióticos ha llevado a la comunidad científica a rescatar una terapia olvidada: la fagoterapia.
Por: Laura Guio
Utilizando bacteriófagos, virus que atacan exclusivamente a las bacterias, los investigadores buscan frenar la amenaza de las superbacterias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catalogado las resistencias a los antibióticos como una de las mayores amenazas para la salud global.
Se estima que, en los próximos 25 años, esta crisis podría causar la muerte de hasta 208 millones de personas. En este contexto, la ciencia ha intensificado los esfuerzos para encontrar soluciones, entre ellas, la fagoterapia, que utiliza bacteriófagos para combatir infecciones bacterianas resistentes.
¿Qué es la fagoterapia?
La fagoterapia, que data de principios del siglo XX, consiste en utilizar virus conocidos como bacteriófagos (fagos) para destruir bacterias sin afectar al organismo humano.
Aunque fue abandonada en Occidente con la llegada de los antibióticos, sigue siendo una herramienta vigente en algunas regiones, como Europa del Este y Rusia. Con la emergencia de las superbacterias, la terapia con fagos ha recobrado relevancia y hoy en día es vista como una de las principales alternativas para enfrentar la resistencia bacteriana.
El aumento de la resistencia antibiótica ha impulsado el estudio de los fagos como alternativa terapéutica. Investigaciones previas han mostrado su eficacia en infecciones cutáneas e intestinales, y actualmente se están llevando a cabo ensayos clínicos para evaluar su seguridad, reacciones y eficacia.
La ciencia apuesta por los fagos, pero con cautela
Recientemente, un consorcio internacional, en el que participan investigadores españoles, ha recibido una subvención de 1,2 millones de euros de la Unión Europea para profundizar en la investigación sobre los fagos.
María del Mar Tomás, microbióloga del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), explica que los fagos están en todas partes del medio ambiente, desde el océano hasta el intestino humano.
Estos virus, que atacan exclusivamente a bacterias, podrían ser una solución eficaz para infecciones multirresistentes. Sin embargo, la investigación está aún en fases tempranas y existen varios desafíos, tanto científicos como regulatorios, que dificultan su implementación masiva.
La terapia con fagos ha demostrado ser eficaz en tratamientos personalizados para pacientes con infecciones multirresistentes, especialmente en casos donde otros tratamientos han fracasado.
Recientemente, un paciente con fibrosis quística fue tratado con un cóctel de tres fagos después de un trasplante de pulmón, logrando eliminar la bacteria responsable de su infección. Además, estudios realizados en hospitales de Bélgica y Francia han mostrado resultados prometedores en infecciones graves, como sepsis, neumonía e infecciones cutáneas.
Retos y limitaciones: ¿Podrán los fagos vencer a las superbacterias?
A pesar de los avances, la resistencia de las bacterias a los fagos también ha sido documentada. Algunos microbios logran evadir el ataque de los fagos mediante mecanismos de resistencia innata.
Por ello, los científicos advierten que los fagos no serán una solución única. Investigaciones en curso buscan comprender mejor cómo las bacterias persistentemente resistentes pueden ser combatidas, incluso cuando se encuentran en un estado de latencia, lo que permitiría erradicarlas de forma más efectiva.
De igual forma, el marco regulatorio actual no está preparado para manejar tratamientos basados en virus vivos, lo que retrasa la aprobación de los mismos. Los expertos coinciden en la necesidad de crear una red nacional de centros especializados que garanticen la calidad de los tratamientos y faciliten su disponibilidad.