La exposición crónica al arsénico puede causar HACRE, una enfermedad que provoca lesiones en la piel, daños neurológicos y un mayor riesgo de cáncer, afecciones respiratorias y trastornos cardiovasculares.
Por: Katherine Ardila
Un reciente estudio del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) ha encendido las alarmas sanitarias en Argentina al revelar la presencia preocupante de arsénico en las napas subterráneas de múltiples provincias.
El mapa interactivo desarrollado por el ITBA, que ya recolectó más de 350 muestras, muestra que en varios puntos los niveles superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (10 partes por billón).
¿Qué impacto puede tener el agua contaminada con arsénico en la salud?Los expertos distinguen dos escenarios completamente diferentes en cuanto a los efectos del arsénico en la salud.
Por un lado, la intoxicación aguda, según el médico toxicólogo Carlos Damin para Infobae, es "generalmente mortal y genera un cuadro de mucha virulencia con diarreas acuosas que rápidamente terminan en una falla multiorgánica". Sin embargo, este cuadro es extremadamente raro y suele estar vinculado a accidentes o intentos de suicidio.
El verdadero peligro para la población general, advierten los especialistas, reside en la exposición crónica a dosis bajas de arsénico a través del consumo prolongado de agua contaminada.
Fancisco Dadic, médico especialista en Toxicología, detalla que esta exposición deriva en el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), enfermedad reconocida hace más de un siglo en Argentina. "El ACRE se caracteriza inicialmente por alteraciones en la piel, como hiperhidrosis (aumento de sudoración), descamación y picazón en palmas y plantas. Posteriormente, pueden aparecer melanodermia (manchas oscuras en la piel), lesiones verrugosas y, en etapas avanzadas, cánceres de piel de tipo basocelular y espinocelular".
Consecuencias sistémicas: cuando el arsénico afecta todo el organismoLos daños del arsénico van mucho más allá de las manifestaciones cutáneas. Stripeikis advierte que el hidroarsenicismo "aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, vejiga y otros órganos, así como de enfermedades respiratorias y alteraciones hepáticas".
A esto se suman complicaciones como fibrosis pulmonar, que dificulta la expansión de los pulmones y la entrada de aire al organismo.
Dadic agrega otro efecto preocupante: "la aparición de polineuropatía sensitivo-motora: afecta los nervios de las extremidades y puede limitar el movimiento y la sensibilidad".
La OMS respalda estas observaciones, indicando que la exposición prolongada al arsénico inorgánico puede causar lesiones cutáneas, enfermedades cardiovasculares y diabetes.
El médico Jorge Tartaglione sintetiza el riesgo: "Puede producir distintos tipos de enfermedades, como el cáncer de piel o de vejiga" y añade que "En nuestro país, el arsénico produce una enfermedad específica: el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico, también conocido como HACRE que, a la larga, puede provocar arritmias".
Prevención y soluciones: mitos y realidadesFrente a este escenario, los especialistas desmienten algunos métodos caseros ampliamente difundidos. Tartaglione es categórico: "No sirve de nada hervir el agua para eliminar el arsénico". Stripeikis agrega que los purificadores comunes "no alcanzan para limpiar el arsénico", aunque existen filtros específicos diseñados para este propósito.
La solución, coinciden los expertos, radica en garantizar el acceso a agua segura mediante tecnologías como la ósmosis inversa, que puede implementarse tanto a nivel domiciliario como en plantas centralizadas de tratamiento.