Esta variante, derivada del lupus, afecta a un porcentaje menor al 1% de la población en Puerto Rico.
Por: María Camila Sánchez
La paniculitis es una enfermedad de la piel, y hace parte de una de las variantes de lupus en donde se puede ver afectada cualquier área de la piel, bien sea el rostro, el abdomen, las piernas y los brazos.
En exclusiva para la especialidad de artritis y reumatología de la Revista de Medicina y Salud Pública, la Dra. Paloma Alejandro Silva, reumatóloga de la fundación Soto-Raíces Mindful Rheumatix & Medical Research Group aseguró que esta condición es una reacción inflamatoria que afecta al tejido adiposo subcutáneo, y que puede generar dolor y picazón.
"La paniculitis está asociada a la actividad inflamatoria de lupus, es bastante rara. Generalmente, se diagnostica a través de una biopsia profunda, en la que tomamos una muestra del tejido, y se analiza en un microscopio. Ahí se ven las células inflamatorias relacionadas al lupus", argumentó la experta.
Esta condición se caracteriza por la presencia de bultos sensibles al tacto y enrojecidos en la piel. Suelen ser grandes, y pueden llegar a alcanzar un diámetro de varios centímetros. Además, pueden estar acompañados de síntomas de inflamación general del organismo, como fiebre, dolor articular, muscular y malestar general.
La paniculitis se presenta con mayor frecuencia en personas con antecedentes de enfermedades autoinmunes, como artritis, vasculitis y lupus. Adicionalmente, puede también estar relacionada con condiciones como dermatomiositis, infecciones como tuberculosis, bacterias y algunos virus.
"No hay una causa más común, pero suele identificarse más en pacientes con patologías autoinmunes", resaltó.
Incidencia de la paniculitis en Puerto Rico
Es una condición muy rara, pues según la experta, los casos no alcanzan siquiera a llegar al 1% del total de la población puertorriqueña, de hecho, puede ser incluso menor que el porcentaje de pacientes con lupus en la isla.
"Se puede presentar en cualquier persona que tenga lupus, y en mujeres jóvenes entre los 20 y 30 años que, de hecho, son en quienes más se diagnostica esta condición. También se ve en pacientes que tienen la condición descontrolada; es más bien otra señal de la enfermedad", aseguró la especialista. "Por naturaleza, las mujeres tienen más condiciones autoinmunes de piel, aunque aún no se sabe realmente por qué, y es algo que si se debería investigar más a fondo".
Ahora bien, el tratamiento de esta condición se realiza con fármacos que puedan mantener el sistema inmune más calmado, o inmunosuprimir al paciente para poder detener la inflamación.
"Los medicamentos que son utilizados para la artritis reumatoide o lupus como la cortisona, metotrexato u otros medicamentos favorecen a parar la inflamación e inmunosuprimir al paciente", afirmó la doctora.
La finalidad de este tratamiento es poder evitar las complicaciones que genera esta condición, como la aparición y rompimiento de llagas en la piel, y que se lleguen a infectar, pues este tipo de lesiones son más difíciles de tratar y pueden dejar cicatrices de por vida.
"No es una condición que se puede curar, pero sí poner en remisión para evitar que vuelva a dar. De ahí la importancia de detectarlo a tiempo".