Esta patología se manifiesta con más frecuencia en personas menores de 15 años o mayores de 50 años.
Por: María Camila Sánchez
La osteomielitis es una infección de la médula ósea y el hueso; estas infecciones pueden llegar hasta el hueso por medio de la sangre -por la presencia de infección en otro órgano del cuerpo- o a través de lesiones, si el hueso está expuesto a bacterias. Esta patología se manifiesta con más frecuencia en personas menores de 15 años o mayores de 50 años.
Esta enfermedad es causada por gérmenes presentes en la piel o en cuerpos extraños como prótesis u otros elementos que pueden introducir bacterias al hueso; pero la mayoría de casos se produce a través del torrente sanguíneo. Los síntomas más frecuentes de esta patología son inflamación, limitación de la amplitud de movimiento, dolor intenso, enrojecimiento de la zona afectada.
Las personas que tienen el sistema inmunológico débil bien sea por una patología que altera este sistema o por medicamentos como los utilizados para tratar el cáncer; así como las personas que utilizan drogas intravenosas son más propensas a desarrollar esta patología.
DiagnósticoPara realizar el diagnóstico de esta patología el médico tratante puede recurrir a análisis de sangre, cultivo de sangre -prueba para detectar la presencia de una bacteria-, biopsia o punción con una aguja; estos exámenes permitirán confirmar si se trata de osteomielitis y también conocer cuál es la bacteria causante de la enfermedad.https://19e3bde0a7ea21d426f72663e8c55b14.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html
TratamientoPara el tratamiento se pueden utilizar distintos métodos como medicamentos, drenaje de la zona afectada o intervención quirúrgica; lo que busca el tratamiento es eliminar la infección y de esta forma evitar el desarrollo de osteomielitis crónica.
Si la osteomielitis no es tratada a tiempo y avanza a un estado crónico puede producir complicaciones como la osteonecrosis; debido a que la osteomielitis en casos avanzados impide la circulación de la sangre dentro de la zona afectada. Esto que provoca la muerte del tejido óseo. Además, la infección puede llegar a las articulaciones y producir artritis séptica.