El Síndrome de Sjögren es una condición inflamatoria que puede causar daños para ciertos órganos y tejidos del cuerpo.
Por: Tatiana Cruz
El Síndrome de Sjögren tiene síntomas comunes como la disminución de saliva y ojos secos, ósea pocas lágrimas. Así mismo, el paciente aumenta sensación de cansancio en el cuerpo, dolor en las articulaciones, erupciones de la piel, se presentan problemas en la tiroides que están asociados a esta condición.
La reducción de saliva y ojos secos hace que los pacientes experimenten resequedad, ardor e irritación en los ojos, sensación arenosa en los ojos, resequedad, mal sabor o quemazón en la boca, presenta dificultad para masticar, hablar y el daño en el esmalte de los dientes y caries frecuentes.
Sin embargo, existen otras complicaciones que no son tan comunes, por ejemplo, la neuropatía periferal sensación de hormigueo en las piernas o adormecimiento, inflamación en los pulmones, pérdida de proteínas y minerales por el riñón es decir la orina, inflamación de los vasos sanguíneos como el páncreas o el hígado, además de presentar hepatitis y linfoma.
¿Qué causa el Síndrome de Sjögren?
Aunque no existe una explicación exacta de las causas, una de las variables es por el descontrol en el sistema inmunológico o sistema de defensa, causando un ataque en los tejidos en el cuerpo. Existe un componente genético porque algunos pacientes y las familias que han padecido de lupus, tiroiditis, vitíligo y eso aumenta el riesgo de que tengan una enfermedad de estas.
La Dra. Reumatóloga Noemí Valera explica que el Sjögren frecuenta más en mujeres mayores de 40 años, puede ocurrir en pacientes que sufren de una enfermedad autoinmune como Lupus Sistémico o AR, la enfermedad frecuente en personas con un historial familiar de enfermedades autoinmunes y los cambios genéticos o modificaciones al ADN.
Existen dos tipos de Sjögren, el primario que ocurre en individuos que no sufren de una enfermedad reumatológica y el secundario ocurre en asociación a enfermedades reumáticas como artritis reumatoide, esclerodermia y lupus.
Los factores precipitantes del Sjögren son infecciones, estrés, niveles bajos de vitamina D, y algunos contaminantes ambientales como la exposición al monóxido de carbono, óxido nítrico y metano.
Posibles consecuencias del Síndrome de Sjögren
Las complicaciones más frecuentes en los pacientes son por úlceras en la córnea, problemas en la visión, infecciones bucales como hongos o (cándida oral) en la boca, caries, pérdida de piezas dentales.
El diagnóstico para descubrir el síndrome de Sjögren es por medio de examen físico, con análisis de sangre y un estudio especial como la biopsia del labio. Además, un examen ocular que permite evaluar la reducción en la producción de lágrimas como también detecta cambios producidos en la córnea. Las biopsias de las glándulas salivales pueden ser esenciales para confirmar el diagnóstico y determinar la enfermedad.
Tratamiento para el Síndrome Sjögren
Para disminuir los síntomas de resequedad en los ojos se puede usar lágrimas artificiales durante el día, el ungüento sin preservativos en la noche, la oclusión del conducto lagrimal del ojo, medicamentos oftálmicos (Restasis) que ayuda a reducir la inflamación de las glándulas del ojo y aumenta la secreción lagrimal. Y para la resequedad en la boca existen enjuagues bucales, saliva artificial, implementos de higiene bucal como goma de mascar libre de azúcar, y tomar el medicamento cevimeline.
Todo tratamiento debe ser personalizado, quienes padecen de esta enfermedad activa deben utilizar inmunomoduladores como HCQ (Plaquenil), inmunosupresores, Methotrexate,Imuran, Cyclophosmamide y Rituximad entre otros.
Según la Dra. La Reumatóloga Noemí Valera, el tratamiento no farmacológico consiste en incrementar el ejercicio, caminando o trotando, así mismo recomienda hacer ejercicio durante 5 días a la semana entre 30 y 40 minutos.
Es primordial el descanso, para liberar los químicos del cuerpo, dormir 7 horas, no comer alimentos con grasas, ni azúcares ni harinas, tomar más agua para prevenir la sequedad en el cuerpo y en las zonas más vulnerables que son los ojos o la zona bucal.