Un estudio de la liberación de dopamina en el núcleo accumbens proporciona nuevos hallazgos sobre el comportamiento en situaciones adversas.
Por: Luisa Ochoa
La tolerancia al estrés es definida como la capacidad para experimentar y resistir estados psicológicos negativos, en otras palabras, situaciones adversas. Existen personas que afrontan los problemas de una forma rápida, mientras que otras tardan en estabilizar su estado físico y mental ante una determinada circunstancia.
De acuerdo con la psicología, la resiliencia está involucrada en esa capacidad de recuperación de las personas. En su origen, el término se refiere a la aptitud de un cuerpo de recuperar su estado normal después de haber sufrido alguna presión.
La resiliencia
Múltiples premisas indican que una persona tiene mucha resiliencia (es muy resiliente) cuando es capaz de superar con prontitud una situación adversa, evitando la ansiedad y la depresión y volviendo a su estado físico y mental normal.
Cabe mencionar que esas diferencias en la resiliencia de las personas pueden venir determinadas por factores genéticos, educativos y por la huella que dejan en cada individuo sus propias experiencias personales.
Asimismo, la resiliencia también podría estar condicionada por la propia experiencia de cada persona, su contexto y modos de afrontar las situaciones.
Dicha hipótesis es la base de un estudio de un grupo de investigadores del Instituto de Neurociencias y el Departamento de Psicología de la Universidad de Princeton en Estados Unidos, quienes realizaron un experimento de lo que se conoce como ‘derrota social’ en ratones.
Estudio cerebral llevado a cabo en ratones
Previamente, ya se había conocido que la liberación de la sustancia dopamina en el núcleo accumbens, una parte del cerebro implicada en la gratificación y el aprendizaje, se altera en los ratones cuando enfrentan situaciones de estrés, pero faltaba saber el por qué.
Para descubrirlo, los investigadores sometieron a cada uno de los ratones experimentales a una serie de 10 derrotas en lucha, una cada día sucesivo, frente a un agresivo y cada vez nuevo congénere, un procedimiento conocido como derrota social.
Generalmente, los animales susceptibles al estrés adoptan posturas de sumisión y huida más frecuentemente que los animales más resilientes.
Liberación de dopamina relacionada con la resiliencia
“En este experimento se observó que los ratones que en los análisis mostraron más liberación de dopamina ante la proximidad del agresor y al inicio de la lucha fueron también los más resilientes”, informaron los autores del estudio, según las pruebas conductuales de acercamiento al agresor tras las sesiones de derrota.
Por el contrario, los investigadores informaron que los ratones que mostraron la mayor liberación de dopamina al final del ataque y el inicio de su huida, es decir, en los momentos de alivio de la situación, fueron los menos resilientes, los más susceptibles al estrés y sus negativas consecuencias (ansiedad, depresión).
La investigación también mostró que es posible modificar la conducta y aumentar la resiliencia de los ratones, estimulando (optogenéticamente) la liberación de dopamina en el curso de la lucha, durante la situación de derrota.
Para los autores, tanto la conducta que se adopta en la situación de estrés como la liberación de dopamina que se produce sirven para predecir si el animal va a ser resiliente o va a sucumbir al estrés.
Necesidad de estudios psicológicos en humanos
El cerebro reacciona de manera diferente según el contexto y la reacción del estresado, lo que, en cierto modo, parece señalar al afrontamiento agresivo como una manera de potenciar la propia resiliencia ante situaciones de enfrentamiento agresivo y estresante.
Aunque los resultados no se han observado en humanos, la similitud con los mecanismos fisiológicos de los mamíferos, podrían darse en la especie humana y llegar a explicar el porqué unas personas son más capaces de afrontar y resistir situaciones estresantes en comparación con otras.
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