El neuroticismo experimentó una disminución a nivel global, seguida por un aumento significativo durante la fase de adaptación posterior, especialmente entre los jóvenes.
Por: Jose Ibraim Alape
La pandemia de COVID-19 ha dejado una marca profunda en todo el mundo, alterando radicalmente la vida cotidiana y desencadenando una serie de cambios que van más allá de lo puramente físico.
De acuerdo con lo anterior, un reciente estudio, publicado en el medio académico PLOS One, ha investigado los efectos psicológicos de esta crisis sin precedentes, centrándose particularmente en cómo ha influido en la personalidad de las personas, especialmente en los jóvenes.
Evolución de los rasgos de personalidad durante la pandemia
Utilizando el modelo de los cinco factores de la personalidad, los investigadores han analizado cómo han evolucionado los diferentes rasgos de la personalidad a lo largo de distintas etapas de la pandemia. Estos rasgos específicos son la extroversión, el neuroticismo, la escrupulosidad, la simpatía y la apertura.
El neuroticismo experimentó una disminución, seguida de un aumento posterior
El estudio reveló un patrón interesante, durante la fase aguda de la pandemia en 2020, el neuroticismo experimentó una disminución notable a nivel global. Esta tendencia puede atribuirse a diversos factores, como la solidaridad social y la adaptación inicial a las nuevas circunstancias.
Sin embargo, esta disminución fue seguida por un aumento significativo en el neuroticismo durante la fase de adaptación posterior, que abarcó los años 2021 y 2022. Este aumento fue especialmente pronunciado entre los jóvenes, quienes mostraron un incremento notable en los niveles de neuroticismo en comparación con el período previo a la pandemia.
Diferencias en la evolución de la personalidad
Por otro lado, otros rasgos de la personalidad también experimentaron cambios durante estas fases. Mientras que algunos, como la extroversión, se mantuvieron relativamente estables, otros como la escrupulosidad y la simpatía mostraron un descenso durante la fase de adaptación.
Es crucial destacar las diferencias observadas entre grupos demográficos. Por ejemplo, la disminución del neuroticismo durante la fase aguda fue más marcada entre las personas mayores de 65 años, mientras que los jóvenes mostraron un aumento más significativo durante la fase de adaptación. Además, hubo una diferencia notable en cómo otros rasgos de la personalidad evolucionaron entre diferentes grupos de edad.
Estas discrepancias pueden atribuirse a una variedad de factores, incluidos los distintos impactos socioeconómicos de la pandemia en diferentes grupos demográficos, así como las diferencias en la percepción del riesgo y la vulnerabilidad.
Implicaciones a largo plazo en la personalidad
Aunque los cambios en la personalidad fueron relativamente modestos, los autores del estudio advierten sobre su posible efecto acumulativo a largo plazo. Si estos cambios persisten, podrían tener implicaciones significativas para la salud mental y el bienestar psicológico de la población joven.
Cabe resaltar, que este estudio ofrece una visión detallada y esclarecedora de cómo la pandemia ha moldeado la personalidad de los jóvenes. Subraya la importancia de comprender estos cambios psicológicos y sus posibles repercusiones a largo plazo, no solo para los jóvenes afectados, sino también para la sociedad en su conjunto. La investigación continua en este campo es fundamental para abordar los desafíos emergentes en el ámbito de la salud mental y el bienestar psicológico en un mundo postpandémico.
Fuentes consultadas aquí y aquí