El continente latinoamericano se ha visto afectado por un aumento significativo de los casos de ansiedad y depresión así como de adicción a las drogas y alcohol.
La pandemia del COVID-19 ha dejado una profunda huella en la salud mental de la población mundial, causada en parte por la incertidumbre, el aislamiento social y las consecuencias económicas subyacentes.
Aumento de los problemas de salud mental
En algunos países de América Latina se registró un incremento de al menos el 25% de casos de ansiedad, angustia, depresión durante la pandemia y, además, se registró un aumento de consumo de drogas y alcohol.
Recientemente, el director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, señaló que: "Este impacto tiene una explicación, porque pasamos todos a convivir con incertidumbre durante largos meses en los que no teníamos vacunas, sumado al aislamiento social. No olvidemos que América Latina fue el epicentro durante un tiempo prolongado, fue una situación de mucho sufrimiento para las personas con un fuerte impacto también económico. Mucha gente vio sus ingresos disminuidos, generando aumento de la pobreza".
Ansiedad y depresión
Las personas con trastorno de ansiedad con frecuencia tienen preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias o comunes. Con frecuencia, en los trastornos de ansiedad se dan episodios repetidos de sentimientos de ansiedad intensa, miedo o terror que alcanzan un máximo en una cuestión de minutos.
La depresión, por otro lado, es un trastorno mental común que implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida del placer o el interés por actividades durante largos períodos de tiempo.
Suicidios en aumento después de la pandemia
Un dato alarmante es el crecimiento de las tasas de suicidio en la región de las Américas durante las últimas dos décadas, lo que la convierte en la única región del mundo donde esto ocurre.
Esto, según Barbosa se atribuye a que los jóvenes regularmente: "No tienen expectativas, no tienen empleo ni perspectiva de vida y se involucran con bandas delictivas, consumen drogas o son testigos de violencia doméstica"
Por lo que destaca que se requiere una mirada más amplia sobre la salud mental, con políticas que involucren a diversos sectores gubernamentales y la sociedad civil.
Adicciones: aumenta el consumo de drogas y licor en América Latina
Además, según el informe del ente de salud regional, el consumo de drogas y alcohol ha experimentado un aumento, relacionado directamente con la falta de perspectiva, la pobreza, la inequidad y la violencia.
Ante esto Barbosa destacó que: "La pandemia agravó la salud mental, pero al mismo tiempo pasó a exigir una preparación mejor de los planes nacionales de salud, de cómo podemos tener una mirada para atender la salud mental sin discriminación ni estigma, basándola en la Atención Primaria y con una política multisectorial".
A su vez, si bien señaló que la Organización Panamericana de Salud reconoce que la región de las Américas es "la que más avanzó en el mundo" durante y luego de la pandemia, existen otros desafíos porque las poblaciones más pobres son las que más fuman en comparación con las personas en mejor situación económica y con mayor acceso a la escolaridad.
Cigarrillos electrónicos y vapers: una actualidad preocupante
Barbosa advirtió sobre la creciente exposición de los jóvenes a los cigarrillos electrónicos, que pueden parecer menos dañinos, pero a menudo conducen a la transición hacia el consumo de cigarrillos convencionales.
"Se ven tentados a experimentar, al verse atraídos por un dispositivo tecnológico, creyendo en esa falsa información de que son menos dañinos para la salud, lo cual no solo no es verdad, sino que incentiva a la posterior transición hacia los cigarrillos convencionales".
Problemas de accesibilidad a la salud
A su vez, el director de la OPS, destacó la inequidad en el acceso a la salud en América Latina y cómo la pandemia exacerbó este problema. Señaló que a nivel subnacional y entre diferentes poblaciones, persisten desigualdades en el acceso a la atención médica y llamó a la implementación de estrategias y tecnologías para superar estos desafíos y convertir proyectos efectivos en políticas públicas.
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