Esta afección desaparece en un 80% en la mayoría de las personas cuando tienen más de 20 años, sin embargo, hay excepciones.
Por: Luisa Ochoa
El Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática (POTS) generalmente comienza alrededor de la pubertad, pero puede desarrollarse a cualquier edad. Se estima que aproximadamente del 75 % al 85 % de los casos ocurren en mujeres.
Esta es una afección causada por un problema en la forma en que los nervios regulan el flujo sanguíneo, es decir, que en las personas que lo padecen, no fluye suficiente sangre hacia el lugar indicado en el momento correcto.
Debido a esa falta de flujo rápido de sangre, cuando un niño se pone de pie o cambia de postura, los vasos sanguíneos de las piernas y los pies están demasiado relajados y permiten que la sangre se acumule en las venas, lo que disminuye el flujo sanguíneo de regreso al corazón y al cerebro. Esto puede provocar mareos y visión borrosa.
La literatura médica refiere que el Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática puede mejorar o incluso desaparecer en un 80 % en la mayoría de las personas cuando tienen poco más de 20 años.
A menudo los síntomas a veces comienzan después de una enfermedad viral, una cirugía mayor o un traumatismo y generalmente empeoran por la mañana, lo que dificulta que los niños y adolescentes se preparen para la escuela.
Para compensar la falta de flujo sanguíneo, el corazón late mucho más rápido (taquicardia). Con el POTS, generalmente hay un aumento en la frecuencia cardíaca de 30 a 40 puntos desde la posición de acostado a la posición de pie o una frecuencia cardíaca de pie mayor a 120 latidos por minuto.
¿Qué causa el Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática?
Se cree que es un trastorno del sistema nervioso autónomo, la parte del sistema nervioso que controla la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el movimiento de los alimentos a través del intestino, la sudoración y muchas otras funciones.
Otros factores que pueden contribuir a este síndrome incluyen la deshidratación, el mal estado físico, la ansiedad y/o la hipervigilancia, es decir, ser mucho más sensible a los cambios de sensaciones en el cuerpo.
Síntomas del síndrome: el mareo es el principal
El Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática causa una variedad de síntomas en el corazón y los vasos sanguíneos, que incluyen:
Palpitaciones (latidos cardíacos acelerados)
Molestias en el pecho
Mareos, aturdimiento o desmayo
Intolerancia al ejercicio: sentirse demasiado fatigado
Cansancio extremo
Cabe mencionar que debido a que el sistema nervioso autónomo tiene un impacto tan amplio en todo el cuerpo, otras manifestaciones del síndrome pueden incluir: náuseas, hinchazón, calambres, vómitos, diarrea o estreñimiento: dolor en los músculos y/o en las articulaciones; insomnio; dolores de cabeza, visión borrosa; niebla mental; ansiedad; extremidades frías con coloración rojiza/violácea de los pies y períodos menstruales abundantes.
¿Cómo se diagnostica el POTS?
Un historial completo y un examen físico son las claves para ayudar al médico de su hijo a hacer el diagnóstico del Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática. Ellos también pueden recomendar algunas pruebas, tales como:
Las mediciones de los signos vitales ortostáticos, incluida la prueba de pie en actividad, son muy útiles: la frecuencia cardíaca y la presión arterial del niño se miden primero mientras está acostado, luego sentado y luego mientras está de pie durante 2, 5 y 10 minutos.
Aparte de eso, el electrocardiograma se usa para descartar otros problemas cardíacos que pueden causar latidos cardíacos acelerados y el ecocardiograma para observar la estructura y función del corazón.
También se realiza un análisis de sangre: pruebas de la función tiroidea, hemogramas completos. Monitor Holter para registrar todos los latidos del corazón durante 24 horas y examinar la frecuencia y el ritmo cardíacos.
Tratamientos para el POTS
La Dra. Kristen Sexson Tejtel, cardióloga pediátrica, indica que no existe un tratamiento perfecto para esta afección, ya que la terapia se individualiza según los síntomas específicos de cada niño. Sin embargo, algunas recomendaciones pueden incluir:
Aumentar la ingesta de agua a por lo menos 60 a 80 onzas por día (dependiendo del tamaño del niño) y un aumento en la cantidad de sal en la dieta. Juntos, ayudan a retener líquido y a llenar los vasos sanguíneos demasiado relajados.
Dormir mucho, hasta 10 horas por noche y con la cabecera de la cama ligeramente levantada. Con el tiempo, esto disminuye los síntomas matutinos de mareos a medida que se reentrena el sistema nervioso.
Hacer ejercicio. Entrenamientos suaves al principio y aumentando gradualmente a ejercicio moderado a diario. Para empezar, los ejercicios deben ser aquellos en los que el niño no esté erguido, como nadar, andar en bicicleta reclinada o remar.
Llevar una dieta saludable y evitar saltarse comidas. Las comidas pequeñas y frecuentes pueden ser útiles.
¿Existen medicamentos para el POTS?
Por lo general, los medicamentos se consideran solo para aquellos pacientes que aún tienen síntomas importantes, incluso después de probar los cambios anteriores en la hidratación, el sueño y el ejercicio.
“Se recomienda la derivación a un cardiólogo o neurólogo pediátrico con experiencia en el POTS si se necesitan medicamentos. Es posible una variedad de medicamentos diferentes y estos deben adaptarse a los síntomas individuales del niño. Los medicamentos se utilizan junto con los tratamientos anteriores, no como sustitutos”, comentó la cardióloga pediátrica.
Fuente consultada aquí.