Hay muchos factores que debemos tener en cuenta a la hora de querer fomentar este hábito, el principal es nuestra relación con la lectura
Por: María Camila Sánchez
La lectura es una de las bases más importantes de la educación, pues potencia la imaginación, le ayuda al niño a aprender y favorece la capacidad de concentración. Desafortunadamente, dentro de la rutina de algunos padres no hay un espacio para fomentar la lectura en casa. Porque claro, bien es una labor de los educadores, también es un compromiso de suma relevancia que debemos adquirir en casa.
Hay muchos factores que debemos tener en cuenta a la hora de querer fomentar este hábito, el principal es nuestra relación con la lectura; los niños percibirían una incoherencia si persistimos en que lean si nunca nos han visto tomar un libro en las manos.
Leer es una habilidad que requiere de diversas destrezas intelectuales y perspectivas que son muy importantes para el desarrollo cognitivo. Expertos señalan que es recomendable iniciar la lectura de manera gradual cuando haya también algo de madurez y, por supuesto, motivación.
Libertad de elección
La imposición nunca es una opción. Es aconsejable que los niños puedan iniciar con libros que aumenten su curiosidad, que sean atractivos para ellos. Bajo ninguna circunstancia se les debe prohibir u obligar a leer un libro u otro.
Dedicar tiempo a los niños
Es importante que podamos contal al menos con 30 minutos diarios para compartir y acompañarles en la lectura; leer con ellos y escucharlos. De esta manera pueden encontrar en la lectura un hábito entretenido y diferente que los acerca a sus padres.
Entender la lectura como un juego
Desafortunadamente, los niños tienden a relacionar la lectura con el entorno académico de estrés, deberes y tareas. Sin embargo podemos enseñarles la cara amable y lúdica de los libros, de esta manera lograremos que el niño pueda interesarse por sí mismo y verá la lectura como un acto placentero.
Establecer una rutina diaria
Busca un espacio diario dentro de las actividades que realiza tu hijo para la lectura. Puede ser antes de dormir, al medio día o en las mañanas. Así lograremos que el niño pueda relacionar ese tiempo con la lectura y no seamos nosotros quienes debamos recordárselo diariamente.
Recomendar libros adecuados a su edad
Siempre es bueno contar con la opinión de un profesor o bibliotecario a la hora de adquirir libros para los niños. Debemos tener en cuenta que cada libro está recomendado para una determinada edad, pues de hacerle leer un libro denso, largo y difícil de entender, más que hacerle un bien, alejaremos al niño de todo vínculo con la lectura.
Interesarse por su lectura
Debemos mostrar interés cada que el niño decida comentarnos algo que aprendió o leyó recientemente, esto lo alentará a querer continuar leyendo porque le hace sentir que sus aportes son valorados.
Anímale a escribir sus propias historias
La imaginación se dispara gracias a la lectura, de manera que podemos aprovecharla, promoviendo que el niño se siente a escribir y crear sus cuentos. Con este tipo de actividades, está la ventaja de que puedan mejorar aspectos como la gramática y la ortografía sin necesidad de pasar por los dolores de cabeza que suelen suponer estos temas para algunos pequeños.
Sé un ejemplo
En los más pequeños, la imitación es una base primordial del desarrollo. Los niños siempre están buscando en qué fijarse y somos nosotros los primeros modelos que ellos van a seguir. Podemos compartir los espacios de lectura con ellos, dialogar y comentar los libros, etc.