Los expertos en oncología instan a la comunidad científica a ver más allá de las estadísticas y a evaluar detenidamente los datos, para asegurar que cada paso que se da en la lucha contra el cáncer esté respaldado por evidencia sólida.
Por: Katherine Ardila
La investigación clínica es una herramienta fundamental en la lucha contra el cáncer, especialmente en la búsqueda de nuevos tratamientos que ofrezcan esperanza a miles de pacientes. Durante una conferencia, en el Primer Simposio de Cáncer del Colegio de Químicos de Puerto Rico, expertos en oncología discutieron los desafíos y avances en la investigación clínica, ahondando en la importancia de los estudios desde la fase 1 hasta la última y el desarrollo de nuevos medicamentos en Puerto Rico.
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Fases de un estudio clínico:
Fase 1:Determinando la seguridad y la dosis máxima tolerable
El proceso de investigación clínica se inicia con los estudios de fase 1, cuyo objetivo principal es determinar la dosis máxima tolerable de un nuevo medicamento y la seguridad de este. Aquí se comienza a evaluar la seguridad del tratamiento, especialmente en casos de enfermedades oncológicas.
Para otras enfermedades, el tratamiento puede administrarse a personas sanas para medir parámetros necesarios para el desarrollo del medicamento. Se establece la dosis adecuada y se recopila información sobre los efectos secundarios. En esta fase se utilizan entre 20 y 80 personas.
Es común que, al pensar en quimioterapia, se asocie con efectos secundarios importantes, y esta fase busca precisamente entender esos efectos y la tolerancia del cuerpo al medicamento. El Dr. José Rodríguez Orengo, profesor del departamento de bioquímica de la facultad de medicina de la universidad de Puerto Rico, explicó que en esta etapa se comienza con una dosis baja para garantizar que no se cause daño a los pacientes. "Lo que uno quiere ver es que realmente se pueda absorber y que uno tenga ese tipo de información", indicó.
Este proceso es minucioso y está altamente regulado, ya que cada paso es evaluado por un comité de expertos que determina si se puede continuar aumentando la dosis o no. En este sentido, la seguridad del paciente es prioritaria en cada etapa del estudio.
Fase 2: Evaluación de eficacia y seguridad
Una vez que se obtienen los resultados de la fase 1, se envían a las agencias regulatorias para su revisión. En la fase 2, se incluye un mayor número de participantes con el objetivo de establecer si el tratamiento es realmente eficaz. Aquí se sigue evaluando la seguridad del medicamento, pero el enfoque principal está en determinar su eficacia. Si el tratamiento no demuestra ser eficaz, el estudio se detiene. También se continúa ajustando la dosis y observando los efectos secundarios.
Fase 3: Confirmación de la eficacia en un mayor grupo
La fase 3 involucra un número significativamente mayor de participantes. En esta etapa, se analiza la duración de los efectos del tratamiento, se obtiene más información sobre la dosis y se sigue vigilando la seguridad.
Los estudios en esta fase a menudo son aleatorios, lo que significa que los participantes pueden ser asignados a diferentes grupos, como el grupo que recibe el nuevo tratamiento o el que recibe un medicamento ya aprobado para la misma condición. En Dr. José, explica que "en la mayoría de los estudios clínicos oncológicos, no se utiliza el placebo. Sino que se tiene que estar comparando con la dosis o con el medicamento que ya está aprobado para esa condición". Esta fase es crucial para determinar si el nuevo tratamiento es superior o al menos igual de eficaz que las opciones existentes, pero con menos efectos adversos.
Fase 4: Estudios Post-Mercado y Seguimiento en la Comunidad
Después de que el medicamento ha sido aprobado, se realizan estudios de fase 4. Estos estudios se enfocan en observar cómo el medicamento funciona en la comunidad en general, fuera del entorno controlado de los estudios clínicos.
"Porque cuando usted está en un estudio clínico le vamos a estar dando un seguimiento personalizado.", explica el experto. Durante un estudio clínico, los participantes reciben un seguimiento personalizado y constante, pero en la práctica clínica diaria, el seguimiento no es tan intensivo. "Lo vamos a estar llamando, vamos a estar detrás de usted, que tenga y que llene ese diario todos los días de acuerdo a lo que dice el estudio clínico". Los estudios de fase 4 permiten verificar si los resultados obtenidos en las fases anteriores se replican en un entorno menos controlado.
Este proceso de investigación y seguimiento puede durar entre 5 y 8 años, asegurando que el medicamento sea seguro y efectivo en la práctica clínica habitual.
Evaluación de respuesta en tumores sólidos: RECIST y tasa de respuesta general (ORR)Por otro lado, uno de los métodos más utilizados en los estudios clínicos para evaluar la efectividad de un tratamiento es el criterio de evaluación de respuestas en tumores sólidos, conocido por sus siglas en inglés, RECIST. Este conjunto de reglas define cómo se mide la respuesta a la terapia, y se centra en cuatro categorías principales: respuesta completa, respuesta parcial, enfermedad estable y enfermedad progresiva.
La respuesta completa se define como la desaparición total de las lesiones tumorales, lo cual sería "espectacular", según el ponente, aunque también una respuesta buena sería "que cualquier nódulo linfático, debe tener una reducción de por lo menos 10 milímetros, si puede reducir eso, pues sería efectivo" explica el experto.
Por otro lado, la respuesta parcial se refiere a una reducción de al menos un 30% en las lesiones, mientras que la enfermedad estable indica que no hay suficiente información para confirmar un cambio significativo. La enfermedad progresiva, por su parte, se manifiesta cuando hay un aumento relativo de al menos un 20% en las lesiones, lo que podría llevar a reconsiderar la terapia o buscar alternativas.
La tasa de respuesta general (ORR) es una medida clave que combina las respuestas completas y parciales. Este índice se utiliza para comparar la efectividad de diferentes tratamientos y determinar cuál ofrece mejores resultados para los pacientes.
Supervivencia libre de progresión (PFS) y supervivencia global (OS)
Además de la ORR, los estudios clínicos también se centran en la PFS, que mide el tiempo durante el cual el 50% de los pacientes no experimentan una progresión de la enfermedad. Esta métrica se utiliza con frecuencia en publicaciones científicas y es un indicador crucial para evaluar la eficacia de un tratamiento.
La SG es una medida utilizada en estudios clínicos para evaluar la eficacia de un tratamiento. Representa el porcentaje de pacientes que siguen vivos después de un período específico desde el inicio del tratamiento.
Normalmente, la SG se reporta como la tasa de supervivencia a cinco años, que indica el porcentaje de pacientes que están vivos cinco años después de comenzar el tratamiento. Este dato ayuda a entender cuán efectivo es un tratamiento para prolongar la vida de los pacientes.
Investigación en oncología: Nuevo compuesto creado en Puerto Rico es aprobado por la FDA para iniciar ensayos clínicos
En el ámbito de la oncología, la metástasis continúa siendo uno de los mayores desafíos: "lo que hemos decidido es trabajar en un problema que se entiende que es casi imposible de resolver: detener la metástasis" comenta el Dr. José. "Sabemos que la mayoría de las personas fallecen no por tener un tumor, sino cuando empiezan a metastatizarse", explicó.
En Puerto Rico, la compañía MBQ Pharma se ha dedicado a tratar de desarrollar tratamientos innovadores para combatir la metástasis, enfocándose en inhibir el crecimiento de tumores.
Este esfuerzo es particularmente relevante ya que la metástasis generalmente no responde a las quimioterapias. Los investigadores de MBQ Pharma han logrado desarrollar un compuesto, el MBQ-167, que ha mostrado efectividad en detener la metástasis en modelos animales. "Esta es la primera vez en la historia de la Universidad de Puerto Rico, que un compuesto sale de estos laboratorios" concluyó con orgullo.
Este logro marca un hito en la historia de la Universidad de Puerto Rico, ya que es la primera vez que un compuesto desarrollado en sus laboratorios avanza a estudios clínicos con la aprobación de la FDA.