¿Coágulo doloroso en la pierna? Podría ser la primera señal de cáncer de páncreas

El dolor, la hinchazón, el enrojecimiento y el calor local, síntomas comunes de una trombosis venosa profunda, pueden ser, en algunos casos, el primer aviso de un cáncer oculto.

Por: Laura Guio


Dolor, hinchazón, enrojecimiento y calor local son molestias tan habituales que la mayoría las atribuye a un golpe o a problemas de circulación.

 Sin embargo, los hematólogos advierten que podrían esconder algo más serio: un coágulo en una vena profunda o trombosis venosa profunda (TVP), que en ocasiones es la primera pista de un cáncer de páncreastodavía no diagnosticado.

Identificar este patrón a tiempo puede ser decisivo, no solo porque la TVP puede derivar en una embolia pulmonar, sino porque el cáncer de páncreas acostumbra a desarrollarse de forma silenciosa.

Según la American Cancer Society, para 2025 se estiman 67.440 nuevos diagnósticos de cáncer de páncreas en Estados Unidos y 51.980 fallecimientos, cifras que reflejan la agresividad de este tumor, responsable de cerca del 8,4 % de todas las muertes por cáncer.

Un tumor difícil de detectar

El páncreas, ubicado en una zona profunda del abdomen, desempeña un papel esencial en la digestión y en la regulación del azúcar en sangre. Sin embargo, su posición anatómica lo hace difícil de explorar y sus síntomas suelen ser vagos o poco específicos, lo que retrasa el diagnóstico.

Las guías médicas señalan que los primeros indicios pueden ser la ictericia —color amarillento en piel y ojos—, orina oscura, heces claras o grasosas, picazón generalizada, fatiga persistente, pérdida de apetito o peso sin causa aparente, y dolor sordo en el abdomen o la espalda.

El problema, según los especialistas, es que cada uno de estos síntomas por separado puede deberse a otras condiciones comunes, pero su combinación debería activar una alarma clínica.

El vínculo entre trombosis y cáncer

El aviso en la pierna suele presentarse como una TVP en la pantorrilla o el muslo, con dolor, hinchazón, calor y enrojecimiento. 

Aunque estos signos pueden confundirse con lesiones musculares, si surgen sin causa aparente —sin cirugías, inmovilización o traumatismos previos—, es importante una valoración médica inmediata.

En algunos casos, la trombosis revela una hipercoagulabilidad asociada al cáncer, especialmente en el adenocarcinoma pancreático, donde las células tumorales liberan sustancias que activan la coagulación y favorecen la formación de coágulos.

Diagnóstico y vigilancia

Ante una trombosis no provocada, los especialistas no recomiendan un cribado oncológico masivo, sino una evaluación clínica detallada con pruebas dirigidas según el contexto. 

Si se sospecha cáncer de páncreas, las herramientas de elección son la tomografía computarizada con protocolo pancreático o la resonancia magnética, complementadas por ecografía endoscópica y punción en casos específicos.

Otros indicios a tener en cuenta son el adelgazamiento involuntario, la esteatorrea (heces grasas) y la diabetes de reciente aparición en mayores de 50 años, factores que también pueden estar relacionados con el cáncer pancreático.




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