Una mala alimentación no es un factor determinante en el desarrollo del cáncer de próstata, pero puede precipitarlo.
Según el Registro Central de Cáncer de Puerto Rico y el Centro Comprensivo de Cáncer de la Universidad de Puerto Rico; El archipiélago cuenta con una de las tasas más altas de cáncer de próstata en el mundo. En la isla, es el cáncer más frecuente entre los hombres y también es la primera causa de muerte (17 %) entre la población boricua.
Por ello, conversamos con la Lcda. Geraldine Mayo, nutricionista en el Hospital Auxilio Mutuo; desde el Foro sobre la Prevención del Cáncer de Próstata, para que nos permita comprender la relevancia que tiene una alimentación adecuada para pacientes con este cáncer.
Según la experta, uno de los mayores problemas radica en la educación de los pacientes: “yo diría que todo el mundo sabe que es alto en grasa, que es alto en azúcar, pero como quiero lo consumo. Es decir, es más una práctica, no nos orientamos, no nos educamos, esto es más como un 50 - 50. Tenemos las herramientas, pero si no las aplicas, ahí vas a ver los cambios tanto positivos como negativos a largo plazo”, afirma Mayo.
Ahora, es importante aclarar que una mala nutrición no es un factor determinante en el desarrollo del cáncer de próstata, pero puede precipitarlo: “cuando no presentamos una buena nutrición, puede ponernos en riesgo a que este posible porcentaje se pueda aumentar”, afirma Mayo.
Las guías nutricionales en el manejo del cáncer de próstata
En Puerto Rico se tiene la mala fama de no tener buenos cuidados en cuanto a la alimentación, que no comemos sano.
No obstante, el esfuerzo por la población médica y entes gubernamentales persiste en la educación y por ello se han tenido muy presentes las recomendaciones de las guías nutricionales. Comenta la licenciada que son muchas las guías disponibles, “especialmente la que hace el departamento de agricultura (las guías dietarias para medicarnos); las cuales se hacen cada cinco años, donde se dan recomendaciones a base de fuentes científicas y que promueven el uso de alimentos saludables”, dice.
La Dieta Mediterránea en el manejo del cáncer de Próstata
Esta dieta, creada en 1950, puntualmente se caracteriza por tener menos carnes y carbohidratos que una dieta estadounidense típica. También tiene más alimentos a base de vegetales y grasa monoinsaturada (buena). Seguir la dieta mediterránea puede llevar a niveles de azúcar en sangre más estables, colesterol y triglicéridos más bajos y a un riesgo menor de desarrollar enfermedades cardíacas y otros problemas de salud.
Según comenta la licenciada, esta dieta es sorprendente porque beneficia al cuerpo debido a la ingesta de productos ricos en antioxidantes que apoyan al sistema antiinflamatorio, y se ha comprobado su efectividad en el tratamiento de diferentes enfermedades tales como los cánceres: “se ha visto una asociación positiva con el cáncer y sí tiene sus efectos antioxidantes, ya que promueven las disminuciones radicales libres, que son los componentes tóxicos que se crean en la sangre y promueven una buena nutrición”, aclara.
Radioterapia y alimentos irritantes
Según los profesionales de la salud, los tratamientos con radioterapia son muy invasivos para el organismo, aunque son enfáticos en que evidentemente tienen un beneficio drástico en el paciente. Sin embargo, cuando se trata de la alimentación, la principal recomendación es evitar los comestibles irritantes.
La pregunta que surge en la población es: ¿Por qué?, frente a este hecho explica la licenciada que estos alimentos irritantes cumplen un papel muy importante: “cuando los consumimos pasan por todo el tracto gastrointestinal, y no solo van a irritar el estómago, también el sistema digestivo, y como esa glándula (próstata) está bien pegadita a este sistema, si está irritado puede presentar irritación en la próstata”, asegura.
Diagnóstico positivo y tratamiento para cáncer de próstata
Una vez detectado el cáncer de próstata, el paciente entra en una fase de exploración, en el cual intervienen varios profesionales médicos, uno de ellos es el nutricionista, quien empieza un proceso junto a la persona que padece la enfermedad y en donde le explica que “hay ciertos factores que pueden beneficiar o mejorar la tolerancia”, dice Mayo.
En su opinión como nutricionista, explica la licenciada que su enfoque es a nivel preventivo y asegura que en el momento del tratamiento: “se buscan cualquier tipo de deficiencias o de riesgos y problemas que nosotros como nutricionistas, podamos encontrar para mejorar la calidad de vida del paciente durante el proceso”, dice.
Cambios en el estilo de vida
Por ello se hacen una serie de recomendaciones que cambian el estilo de vida del paciente para que este no vea tan afectada su rutina y actividades. Esto con el fin de “mejorar la tolerancia de ese paciente”, comenta la licenciada.
Aclara Mayo que “hay ciertos factores de riesgo atados a la nutrición y hay ciertos estudios sobre los alimentos con esta enfermedad, en los que se muestra que al prevenirlos sí disminuye el riesgo de que el cáncer de próstata se desarrolle”.
Por tal motivo es importante, y basado en las indicaciones previas de evitar los excesos, que también se considere la incidencia que tiene el tabaco en el organismo porque “daña el cuerpo en diversas formas, no solamente estamos hablando del daño que causa en el pulmón”, enfatiza.
Agrega que la ingesta excesiva de alcohol es una de las cosas como nutricionista que más busca reducir en el paciente, en lo que explica en el tratamiento sobre sus consecuencias porque este tipo de productos son irritantes y puede generar “deficiencia de vitaminas”. Además: “las personas piensan que sí, me daña el hígado, pero no ven la diferencia de lo que esos otros componentes en el cuerpo puede afectar”, dice.
Alimentos que hay que evitar
Muchas veces los pacientes llegan a casa y comentan que les prohibieron X o Y alimento por su condición, pero la licenciada enfatiza que no necesariamente se debe hablar de limitarse: “en general, realmente ninguno; pero si vamos a hablar en la parte preventiva, el consumo excesivo es lo que tratamos de trabajar en este proceso. No vamos a consumir carnes rojas, por ejemplo”, dice.
“Se recomienda que vamos a utilizar carnes blancas, preferiblemente. El exceso es determinante, por eso la proporción correcta, no la mitad del plato de carne, y en conjunto otros elementos, evitar el exceso de azúcar, el exceso de alcohol. Si se va a utilizar (alcohol), una onza, pero no más de eso y no mezclarlo con otras bebidas”, aclara Mayo.
Vea la entrevista completa aquí: