Niveles bajos y altos de glóbulos blancos eosinófilos: signo de cáncer, infección y reacciones a fármacos

Los diferentes tipos de glóbulos blancos tienen funciones específicas en la respuesta inmune y trabajan juntos para mantener la salud del cuerpo

Por: Mariana Mestizo Hernández


Los glóbulos blancos, también conocidos como leucocitos, son células fundamentales en el sistema inmunológico del organismo. Su función principal es proteger al cuerpo de infecciones, enfermedades y sustancias extrañas. 

Los diferentes tipos de glóbulos blancos tienen funciones específicas en la respuesta inmune y trabajan juntos para mantener la salud del cuerpo. Mantener un nivel adecuado de glóbulos blancos es crucial para una buena salud y prevenir enfermedades.

¿Qué son los eosinófilos?

Los eosinófilos son un tipo de glóbulo blanco que desempeña un papel importante en el sistema inmunológico, ya que combaten las infecciones parasitarias y las alergias. Estas células se producen en la médula ósea y circulan en el torrente sanguíneo. 

Un nivel bajo de eosinófilos en la sangre puede ser un signo de un problema de salud subyacente, tal como lo indica Mayo Clinic, puede tratarse de una infección viral, una reacción a medicamentos, una enfermedad autoinmune o un trastorno hematológico.

Niveles bajos de eosinófilos

Aunque los niveles bajos de eosinófilos no siempre indican un problema de salud, es importante buscar atención médica si se mantienen persistentemente bajos. El nivel normal de eosinófilos en la sangre varía entre 30 y 350 células por microlitro, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Por otro lado, los niveles elevados de eosinófilos pueden ser un signo de una enfermedad autoinmune, como el síndrome de Churg-Strauss o la enfermedad inflamatoria del intestino, así como de una reacción alérgica o de una infección parasitaria.

El tratamiento para un bajo nivel de eosinófilos depende de la causa subyacente, puede incluir desde antibióticos hasta medicamentos inmunosupresores o antihistamínicos y corticosteroides, según el caso.

Niveles altos de eosinófilos

Por otra parte, los niveles elevados de estas células pueden causar varios síntomas y condiciones, entre las causas más comunes de un número elevado de eosinófilos (llamado eosinofilia o hipereosinofilia) son:

  • Trastornos alérgicos
  • Infecciones por parásitos
  • Ciertos tipos de cáncer

Los trastornos alérgicos, como la sensibilidad a los fármacos y sustancias, el asma, la rinitis alérgica y la dermatitis atópica, a menudo aumentan el número de eosinófilos. Muchos parásitos, particularmente los que invaden los tejidos, causan eosinofilia. Los cánceres que desarrollan eosinofilia son el linfoma de Hodgkin, la leucemia y determinadas neoplasias mieloproliferativas.

Cabe resaltar que si el número de eosinófilos es sólo ligeramente elevado, las personas afectadas no suelen presentar síntomas, mientras que su número elevado en sangre solamente suele hallarse cuando se realiza un hemograma completo por otras razones. 

Sin embargo, en algunas ocasiones, generalmente cuando la elevación es muy marcada, el incremento de eosinófilos puede llegar a inflamar los tejidos y causar daños en órganos. El corazón, los pulmones, la piel y el sistema nervioso son los más afectados, pero cualquier órgano puede resultar dañado.

Síntomas de eosinófilos elevados

Los síntomas dependen de la relación con el órgano afectado. Por ejemplo, las personas pueden tener una erupción cuando se ve afectada la piel, sibilancias y dificultad para respirar cuando se ven afectados los pulmones, dificultad para respirar y fatiga (síntomas de insuficiencia cardíaca) cuando se afecta el corazón, o dolor de garganta y estómago cuando el esófago o el estómago resultan afectados. 

Por ello, los trastornos eosinofílicos se diagnostican de acuerdo con la ubicación en la que los niveles de eosinófilos se ven elevados:

  • Cardiomiopatía eosinofílica (corazón)
  • Colitis eosinofílica (intestino grueso)
  • Enteritis eosinofílica (intestino delgado)
  • Esofagitis eosinofílica (esófago)
  • Gastritis eosinofílica (estómago)
  • Neumonía eosinofílica (pulmones)

Para diagnosticar estos trastornos, los médicos pueden llevar a cabo pruebas de detección de infecciones y biopsias. El tratamiento con corticosteroides por vía oral es común en estos trastornos.

 

 

Fuentes consultadas aquí y aquí.



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