La psilocibina provoca una disminución duradera en la conectividad entre el hipocampo anterior y la red de modo predeterminado, lo que podría promover estados mentales más saludables.
Por: Katherine Ardila
La psilocibina, el compuesto alucinógeno encontrado en los hongos mágicos, ha estado en el centro de la investigación en psicofarmacología debido a sus posibles aplicaciones terapéuticas. Un nuevo estudio publicado en la revista Nature, ofrece información crucial sobre cómo esta sustancia altera la actividad cerebral y su potencial para tratar trastornos mentales como la depresión y la ansiedad.
Impacto en la actividad cerebral: desorden en la red del hipocampo anterior
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington han llevado a cabo un estudio exhaustivo con siete adultos sanos, cuyas edades oscilan entre 18 y 45 años. Los participantes fueron sometidos a resonancias magnéticas antes, durante y tres semanas después de recibir una dosis alta de psilocibina (25 mg). Además, se administró una dosis adicional entre 6 y 12 meses después de la primera.
Los resultados revelaron que la psilocibina induce un desorden temporal en una red crítica de áreas cerebrales relacionadas con el pensamiento introspectivo, como la imaginación y la memoria. En particular, se observó una desincronización significativa en la red de modo predeterminado (DMN, por sus siglas en inglés), que incluye el hipocampo anterior. Este último es crucial para la creación de nuestro sentido del espacio, el tiempo y el yo.
Sustancia potencial para terapias: cambios duraderos en la función cerebralEl estudio destacó que la psilocibina provoca una disminución persistente en la conectividad funcional entre el hipocampo anterior y la DMN. Esta alteración en la conectividad se mantuvo durante varias semanas, lo que sugiere que la psilocibina no solo tiene efectos temporales, sino que también puede inducir cambios más duraderos en la función cerebral. Según Joshua S. Siegel, primer autor del estudio, esta disminución en la conectividad podría aumentar la flexibilidad cerebral y permitir al cerebro adoptar estados más saludables a largo plazo.
El estudio no solo proporciona una visión más clara sobre cómo la psilocibina afecta la actividad cerebral, sino que también ofrece un biomarcador útil para evaluar la eficacia de nuevos fármacos psicodélicos. Siegel destaca que esta información es valiosa para desarrollar y probar tratamientos que funcionen de manera similar a la psilocibina, incluyendo análogos psicodélicos no alucinógenos.
¿Cuáles son los efectos secundarios de la psilocibina?
Aunque los resultados del estudio son prometedores, la psilocibina no está exenta de efectos adversos. Puede desencadenar episodios de psicosis, especialmente en personas con antecedentes de esquizofrenia o trastornos bipolares. Además, la sustancia puede causar náuseas, ansiedad, ataques de pánico y paranoia. Los expertos advierten que el uso de psilocibina fuera de un entorno controlado y sin supervisión profesional puede ser particularmente riesgoso.
La psilocibina mostró potencial terapéutico en la década de 1950 y 1960, pero la estricta política de control de drogas en EE. UU. limitó significativamente la investigación posterior. Sin embargo, en los últimos años, la normativa ha comenzado a relajarse, lo que ha reavivado el interés en los estudios sobre psicodélicos.
A pesar de los avances recientes, es importante que los pacientes no se automediquen con psilocibina. Actualmente, el fármaco no está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) para tratar la depresión u otros trastornos. Los investigadores subrayan que el estudio se realizó en adultos sanos y que se necesita más investigación para evaluar la efectividad y seguridad de la psilocibina en pacientes con trastornos mentales.
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