Tuberculosis y neumonía: ¿Por qué no son lo mismo y cómo puede diferenciarlas?

La neumonía continúa siendo una de las principales causas de muerte en niños pequeños y afecta especialmente a los adultos mayores y a personas con sistemas inmunológicos debilitados.

Por: Katherine Ardila


La neumonía, una infección respiratoria grave que en cualquier momento puede volverse mortal, es una condición que hace vulnerables especialmente a los niños menores de cinco años y a los adultos mayores de 65 años. 

En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instauró en 2009 el Día Mundial contra la Neumonía, que se conmemora cada 12 de noviembre, con el objetivo de concienciar a la población sobre los riesgos de esta enfermedad y promover su prevención.

¿Qué es la neumonía

De acuerdo con la OMS, la neumonía ocurre cuando los alvéolos, pequeños sacos de aire en los pulmones, se llenan de pus y líquido, lo cual provoca dolor al respirar y limita la cantidad de oxígeno en el organismo. 

La enfermedad puede transmitirse por contacto cercano con una persona infectada y se manifiesta a través de síntomas claros, como tos con esputo, dolor en el pecho que empeora con la respiración, malestar general, dificultad para respirar y fiebre.

Tipos de neumonía: Diferentes causas y tratamientos

Existen cuatro tipos de neumonía identificados, cada uno causado por diferentes agentes y clasificados en función de su origen: bacteriana, viral, fúngica y adquirida en hospitales. Sin embargo, la neumonía bacteriana es la más común y suele responder a los antibióticos, con una mayor posibilidad de éxito si se inicia el tratamiento de forma temprana.

Por otro lado, la neumonía viral puede ser causada por distintos virus respiratorios, entre ellos el SARS-CoV-2, responsable de la COVID-19, y el virus respiratorio sincitial (VRS). 

Este es un virus que provoca síntomas respiratorios leves, similares a los de un resfriado, aunque en algunos casos puede evolucionar hasta afectar los pulmones. 

La neumonía fúngica, por su parte, es menos común y suele afectar principalmente a personas con sistemas inmunitarios debilitados, como 

Neumonía y tuberculosis ¿Cómo diferenciarlas? 

Una enfermedad respiratoria con síntomas similares a la neumonía es la tuberculosis, causada exclusivamente por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, conocida también como bacilo de Koch. 

La tuberculosis afecta principalmente los pulmones, aunque puede llegar a otros órganos, además, es una enfermedad altamente contagiosa y se transmite de manera más fácil que la neumonía común. 

Aunque ambas enfermedades pueden causar tos, fiebre y malestar general, los síntomas de la tuberculosis suelen ser más prolongados e incluyen una tos persistente (de más de tres semanas) que puede ir acompañada de esputo con sangre. En contraste, la neumonía tiende a presentar síntomas agudos como fiebre alta, dolor en el pecho al respirar, y un tono con flema más densa y purulenta.

El tratamiento es extenso y, si no se sigue adecuadamente, puede llevar al desarrollo de cepas resistentes a los medicamentos, un riesgo para la salud pública. 

Además, la neumonía puede surgir como una complicación de la tuberculosis, en una variante conocida como neumonía tuberculosa.

Desafíos en la identificación de la causa

No siempre es posible saber de inmediato si fue causada por bacterias, virus o hongos. En general, el diagnóstico se basa en la historia clínica y los síntomas del paciente. Con esta información, los especialistas pueden iniciar el tratamiento, que incluye el uso de antibióticos en el caso de infecciones bacterianas y otros métodos para abordar los síntomas.

Prevención y concienciación 

Las organizaciones de salud buscan que la población esté consciente de los riesgos de esta infección, su prevención y la importancia de un diagnóstico y tratamiento tempranos. La neumonía, aún continúa siendo una de las principales causas de muerte infantil, afecta a los adultos mayores y a quienes padecen condiciones de salud que debilitan el sistema inmune

Las organizaciones de salud pública recuerdan que la vacunación, el tratamiento adecuado de las infecciones respiratorias y la atención temprana son claves para reducir el impacto de la neumonía en la población mundial.

Fuente consultada aquí.



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