Nada se ha escrito en la literatura sobre esta técnica novedosa.
Por: Belinda Burgos
Los pacientes vasculares hoy día se han beneficiado de intervenciones quirúrgicas mínimamente invasivas que les han librado de cirugías abiertas con alto riesgo de letalidad, estancia hospitalaria y complicaciones.
Gracias a las técnicas con injertos vasculares a través de la sangre arterial de la ingle, se pueden reparar de manera endovascular. Esta técnica se llama reparación endovascular ante la amenaza de, tal vez, una aneurisma aórtica.
Según literatura, alrededor de 450.000 injertos vasculares protésicos (PVG) se insertan anualmente en Estados Unidos, de los cuales 1-6% no tienen éxito debido a infecciones, y aunque pueden controlarla, este tipo de complicaciones pueden aumentar la mortalidad y morbilidad de estos pacientes.
La intervención estándar para la infección del injerto incluye antibióticos parenterales de amplio espectro y tratamiento quirúrgico agresivo con escisión del injerto, desbridamiento -remoción del tejido muerto o dañado de una herida para mejorar el proceso de cicatrización- y revascularización extra anatómica vía bypass. Sin embargo, no necesariamente se obtienen resultados satisfactorios, se establece en un reciente estudio realizado por autores adscritos al Centro Médico Episcopal San Lucas de Ponce.
Las técnicas de conservación de PVG con gránulos recubiertos de antibióticos (cemento o bioabsorbibles) han demostrado resultados favorables en el control de infecciones de los injertos vasculares. Sin embargo, aquellos de cemento todavía presentan inconvenientes como la necesidad de remoción y múltiples reintervenciones, resultando en complicaciones mecánicas.
Según los autores, unos gránulos de gelatina reticulados y trombina humana tópica (FloSeal) con el antibiótico rifampicina (HGTM+R) es una técnica novo que se utiliza como tratamiento para las infecciones por PVG y la esterilización de heridas. Sin embargo, nada se ha escrito en la literatura sobre esta técnica novedosa.
Precisamente el equipo de investigación, entre los que se encuentran los doctores Cristina Sánchez Rizek y Pedro Pagán Rivera, se propusieron describir los resultados de las novedosas técnicas de preservación de injertos HGTM+R para el tratamiento de las infecciones en pacientes con PVG, a través de un estudio de cohorte retrospectivo de 17 pacientes con infección localizada de PVG, que fueron tratados con HGTM+R, y tenían al menos 18 años de edad.
Los datos efectivamente demostraron que esta muestra de pacientes se asociaron con una mayor resolución de la infección del injerto quirúrgico, que aquellos tratados con gránulos de cemento.
Además, el número de múltiples intervenciones fue significativamente menor en aquellos con dicha técnica HGTM+R, incluyendo su efectividad en la esterilización de heridas y conservación de injertos en pacientes con infecciones por PVG.
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