Las 3 etapas de la sífilis: chancros, erupción generalizada y daño óseo o cerebral permanente

Se transmite principalmente por contacto sexual, pero también puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo o el parto.

Por: Jose Ibraim Alape


La sífilis, es  una infección de transmisión sexual causada por la bacteria Treponema pallidum, que continúa siendo un desafío de salud pública en todo el mundo. Esta enfermedad se caracteriza por su progresión en tres etapas distintas, cada una con sus propios síntomas y complicaciones. Entender a fondo esta enfermedad, desde su transmisión hasta su tratamiento, es fundamental para abordar eficazmente su impacto en la salud pública.

¿Cómo se transmite?

La sífilis es una infección bacteriana que se transmite principalmente por contacto sexual, incluyendo sexo vaginal, anal y oral. También puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo o el parto, lo que se conoce como sífilis congénita. Además, la sífilis puede ser adquirida a través del contacto con llagas cutáneas infectadas, aunque las bacterias no pueden sobrevivir mucho tiempo fuera del cuerpo humano.

Por tanto, la sífilis es altamente contagiosa, especialmente durante las primeras etapas de la enfermedad, lo que hace que sea crucial practicar relaciones sexuales seguras y realizar pruebas de detección regularmente, especialmente para aquellos con múltiples parejas sexuales o que participan en comportamientos de alto riesgo.

Síntomas y etapas de la sífilis

La sífilis progresa en tres etapas distintas, cada una con sus propios síntomas y complicaciones:

Sífilis primaria: Esta etapa se caracteriza por la aparición de una úlcera indolora, llamada chancro, en el sitio de la infección inicial. Los chancros pueden aparecer en los genitales, el ano, la boca, entre otros lugares. A menudo, esta etapa no produce síntomas notables y puede pasar desapercibida.

Sífilis secundaria: Durante esta etapa, la bacteria Treponema pallidum se disemina por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo, lo que resulta en una erupción cutánea generalizada, fiebre, fatiga y otros síntomas similares a la gripe. También pueden aparecer lesiones mucocutáneas, como condilomas planos, y afectar varios órganos.

Sífilis terciaria: Si la sífilis no se trata, puede progresar a la etapa terciaria, que puede manifestarse de diversas maneras y causar daño grave a órganos como el corazón, el cerebro y los huesos. Esta etapa puede incluir lesiones gomosas en la piel y los órganos internos, así como complicaciones cardiovasculares y neurológicas devastadoras.

Es importante destacar que la sífilis también puede pasar períodos de latencia, durante los cuales los síntomas pueden estar ausentes pero la infección aún está presente en el cuerpo.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de la sífilis se realiza mediante pruebas de sangre, incluyendo pruebas no treponémicas para el cribado y pruebas treponémicas para la confirmación. Estas pruebas son esenciales para identificar la enfermedad en todas sus etapas, incluida la fase latente, y para determinar la necesidad de tratamiento.

El tratamiento de la sífilis generalmente implica el uso de antibióticos, con la penicilina siendo el tratamiento estándar. Otras opciones de tratamiento pueden estar disponibles para aquellos con alergia a la penicilina. Es fundamental el tratamiento temprano y adecuado para prevenir complicaciones graves y detener la propagación de la enfermedad.

Además del tratamiento del individuo infectado, también es importante tratar a todas las parejas sexuales recientes para prevenir la reinfección y detener la cadena de transmisión.

Prevención y medidas de control

La prevención de la sífilis se centra en practicar relaciones sexuales seguras, incluyendo el uso consistente y correcto de condones, la reducción del número de parejas sexuales y la realización de pruebas de detección regularmente. La educación pública sobre la importancia del diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno también desempeña un papel crucial en la prevención de la propagación de la enfermedad.

Epidemiología y tendencias

En los Estados Unidos, la incidencia de la sífilis ha aumentado significativamente en los últimos años, con un crecimiento notable entre ciertos grupos demográficos, como hombres que tienen sexo con hombres. Este aumento subraya la necesidad de aumentar los esfuerzos de prevención, detección y tratamiento para abordar eficazmente el problema de la sífilis en la población.

Por último, esta infección, sigue siendo un importante problema de salud pública a nivel mundial, con consecuencias devastadoras si no se trata adecuadamente. La comprensión de la enfermedad, desde su transmisión hasta su tratamiento, es fundamental para abordar eficazmente su impacto en la salud pública y trabajar hacia su prevención y control. Mediante la educación, la conciencia pública y el acceso a servicios de salud adecuados, podemos trabajar juntos para reducir la carga de la sífilis y mejorar la salud y el bienestar de las comunidades en todo el mundo.

Fuente consultada aquí




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