Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el mundo afronta una epidemia por fibrilación atrial, ya que se presume que esta es la arritmia más frecuente, presentándose del 1 al 5% de la población mundial.
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mundo afronta una epidemia por fibrilación atrial (FA), ya que se presume que esta es la arritmia más frecuente presentándose del 1 al 5% de la población mundial.
Esta condición, que se reconoce cuando el corazón late muy rápido y con ritmo irregular, está aumentando significativamente en las personas envejecientes, afectando al 18% de los mayores de 80 años.
De este modo, González invita a la prevención de las enfermedades coronaria, ya que, si se modifican los factores de riesgo se pueden tratar.
Por su parte, el Centro Integral de Arritmias asegura que ha sido demostrado que aquellos pacientes que tienen agregado un riesgo ya elevado de padecer un evento cardiovascular tales como los la hipertensión arterial (HTA), dislipémicos, la presencia de FA por si sola aumenta la mortalidad, los infartos agudos al miocardio (IAM), los accidente cerebro vascular (ACV) y la posibilidad de desarrollar insuficiencia cardíaca empeorando el pronóstico y sobrevida de los mismos.
Cuando una persona presenta fibrilación arterial, la aurícula se contrae tan rápidamente que no produce una contracción efectiva, lo que conlleva a que la sangre en su interior pierda velocidad, adopte un régimen turbulento y favorezca en la orejuela de la AI la formación de trombos. Si un fragmento del trombo de desprende puede producir la embolia.
Ciertos pacientes con características particulares vinculadas a la edad, sexo, la presencia de HTA o diabetes, antecedentes de ACV previo o de enfermedad vascular y antecedentes de insuficiencia cardíaca son consideradas poblaciones de riesgo donde cada factor tiene un efecto aditivo en la posibilidad de presentar en su evolución un ACV.
Síntomas
La frecuencia cardíaca irregular y ocasionalmente rápida es la responsable de los efectos clínicos en los pacientes con FA, que pueden dividirse en:
- Síntomas propios de la enfermedad vinculados a alteración del ritmo cardíaco: palpitaciones (percepción de los latidos cardíacos), taquicardias o latidos irregulares (frecuencia cardíaca elevada), disnea (sensación de falta de aire), mareos y molestias precordiales.
- Riesgo de padecer otras enfermedades:
- Aumenta 4 a 5 veces el riesgo de presentar un accidente cerebro vascular (ACV).
- Duplica el riesgo de presentar demencia.
- Triplica el riesgo de presentar Insuficiencia cardíaca.
- Aumenta en un 40% el riesgo de mortalidad total.