Dr. Candelario Sosa y sus 3 décadas contra el Sida: "No lo estamos curando, pero lo tenemos controlado"

A través de su experiencia, el Dr. Sosa destaca la importancia del cuidado del paciente en el hogar y del avance en la medicación del VIH, permitiendo a los pacientes llevar una vida cotidiana como cualquier otro ser humano.

Por: Mariana Mestizo Hernández


El Dr. Candelario Sosa Montiel, un médico salvadoreño de 80 años especializado en salud pública y medicina preventiva general, ha dedicado décadas de su carrera profesional al cuidado de pacientes en Puerto Rico, centrándose particularmente en el Programa de SIDA de San Juan. 

"Estudié medicina en la Universidad de El Salvador, en ese tiempo sólo había una escuela de medicina y logré estar ahí. Trabajaba con el Departamento de Salud de mi país, estaba de director en el Hospital Nacional San Francisco Gotera y luego, en el año 1980 me ofrecieron una beca para venir a estudiar salud pública en el Recinto de Ciencias Médicas e hice mi maestría y regresé a El Salvador".

El especialista relata que regresó a El Salvador motivado por su compromiso de prestar servicios en ese país. Durante su tiempo allí, trabajó como médico en cuatro de los catorce departamentos existentes en esa época. Sin embargo, la guerra civil que duró 12 años y el elevado riesgo de perder la vida lo llevaron a tomar la decisión de regresar a Puerto Rico. En ese momento, tenía cuatro hijos biológicos, uno adoptivo y tres varones.

Regreso a Puerto Rico

A su regreso a Puerto Rico, el experto comenzó a trabajar en una clínica en Río Piedras, pero no podía ejercer plenamente la medicina debido a la falta de licencia. Durante un tiempo, coordinó los servicios de salud correccional. En 1990, recibió una invitación para unirse al Instituto del Sida, donde se centró en la atención y cuidado de pacientes afectados por el VIH.

"En esa época la mayoría de pacientes morían, no se sabía ni qué lo causaba ni cómo se trataba, ni mucho menos habían medicamentos. En ese tiempo teníamos un área para tratar a los pacientes en Río Piedra y también organicé la unidad de tratamiento diurno que está funcionando todavía de lunes a jueves de 7 de la mañana hasta las 9 de la noche", agregó.

Alta mortalidad

En ese período, la institución donde el Dr. Sosa trabajaba contaba con 20 camas, las cuales no se ocupaban completamente. En ese momento, se enfrentaban a desafíos, ya que de cada 10 pacientes, en el mejor de los casos, solo 3 lograban sobrevivir. "Yo soy uno de los médicos, que tiene un gran número de defunciones".

La falta de comprensión sobre la dinámica del tratamiento generaba complicaciones, pero a lo largo del tiempo, el equipo fue adquiriendo conocimientos significativos. Actualmente, la enfermedad por VIH se gestiona como una condición crónica, centrándose en el control del virus. En la actualidad, se observan principalmente problemas de coinfecciones.

"Hoy en día da gusto decir que el VIH es una enfermedad crónica como cualquier otra, ya no es de preocupación, la sabemos manejar", añadió.

Cambios de la percepción de la enfermedad

En el pasado, existía un tabú significativo en relación con los pacientes que sufrían de VIH-Sida. Estos individuos eran excluidos de la sociedad, al igual que las personas que brindaban ayuda, debido al miedo a la posible infección.

"En aquel momento, cuando nosotros como empleados íbamos subiendo por el ascensor, los demás pacientes por miedo a la palabra sida se bajaban, no sabían nada sobre la enfermedad, ahora conocemos mucho del tema. Antes la hepatitis C mataba a mucha gente, ahora la estamos curando en el 99,9% de pacientes con los medicamentos ahora, en cambio el sida no lo estamos curando, pero lo tenemos controlado, ahora el que se muere es por descuido o por la falta del servicio".

Lecciones aprendidas

El galeno señaló que actualmente, el cuidado del paciente con VIH comienza en el hogar. A diferencia del pasado, cuando predominaban afectados jóvenes de 24 a 39 años, en la actualidad, alrededor del 66% de los pacientes tienen más de 50 años. 

Esto se debe a que han envejecido con la enfermedad, con algunos llevando hasta 20 o 30 años en tratamiento, y todo está bajo control. Estos individuos, al tomar su medicación, pueden llevar una vida cotidiana y ser vistos en la calle como cualquier otro ser humano.

"Anteriormente, el paciente debía tomarse 6 cápsulas 3 veces al día de un solo medicamento, los famosos cócteles que tenían hasta 5 tipos de fármacos diferentes, para tratar de darle más vida a esta persona. Hoy en día, tenemos una gran variedad de medicamentos para dar una sola formulación con 2 o 3 fármacos y ahora mismo estamos con un tratamiento inyectable el cual se aplica cada dos meses, reduciendo notablemente la dependencia a la farmacología, es maravilloso cómo estamos ahora, tenemos la esperanza que pronto podamos controlarlo del todo", concluyó.




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