Las poliaminas influyen en la proliferación, crecimiento y modulación de receptores en las células.
Por: Belinda Burgos
El desorden neurocognitivo asociado al VIH continúa siendo un reto científicamente, así como lo ha sido durante tantos años la búsqueda de la vacuna contra este virus.
Aún así, los investigadores de los laboratorios del mundo y del País no se han rendido, y esta vez, decidieron buscar el rol de unas moléculas orgánicas en la demencia y/o impacto cognitivo de este virus en los pacientes.
Según en entrevista con Medicina y Salud Pública (MSP), el doctor Christian Malpica Nieves, de la mano de los investigadores, Dr. Serguei Skatchkov del Departamento de Bioquímica y Fisiología de la Universidad Central del Caribe (UCC) y la Dra. Misty Eaton, del mismo departamento, una investigación del año 2014 sentó la base de la relación de las moléculas orgánicas denominadas como poliaminas y el impacto del virus del VIH a nivel cognitivo de los pacientes, al hallar altas concentraciones de este al hallar altas concentraciones de esta molécula en su forma acetilada en una población de pacientes con Trastorno neurocognitivo asociado con el VIH (HAND, por sus siglas en inglés).
Según literatura, los síntomas de HAND pueden persistir en un 30 a un 50% de las personas que viven con VIH. Estos síntomas pueden afectar sus actividades cotidianas.
Las poliaminas son moléculas orgánicas que interactúan con DNA, RNA y proteínas acídicas de carga negativa para mantener un balance. Estas influyen grandemente en la proliferación, crecimiento y modulación de receptores en las células.
“Esta relación de poliaminas e HIV nos surge gracias a una investigación hecha en el 2014 por Salim Merali, en la cual se encontró que los pacientes con HAND tienen una alta concentración de poliaminas acetiladas en el fluido cerebro espinal. Además, el flujo de las poliaminas en los astrocitos (células del cerebro) se encuentran acelerados”, explicó.
“Gracias a esta información, decidimos estudiar grandes interrogantes en este campo, como por ejemplo: cómo los astrocitos capturan y liberan las poliaminas, cuál es el efecto en la apertura de canales, cómo el conexin 43 y cómo la captura y la síntesis de estas poliaminas influyen en la proliferación de los astrocitos en presencia del virus VIH. No mucha gente conoce el rol de las poliaminas ni las han estudiado. El cóctel de drogas que estos pacientes utilizan como tratamientos no necesariamente los protegen de padecer de demencia. Por eso estudiando los mecanismos de esta molécula, podríamos entender mejor este impacto del virus a nivel neurocognitivo”, abundó.
Mediante cultivos primarios de tejido cerebral de modelos experimentales, entre lo hallado de este estudio se vio que los canales de conexin 43, que se encuentra sobreexpresado en las células astrocitos en presencia del virus, no son primordiales en la captura de poliaminas, pero sí está envuelto en la liberación de ellas.
Al quitar la expresión de este canal, conexin 43, las poliaminas estaban más concentradas en el espacio intracelular, tratándose de un importante hallazgo a la hora de evaluar todos los caminos que ayudan a la proliferación de esta molécula en presencia de la proteína del VIH, según informó.
“Además descubrimos que los astrocitos provenientes de ratones neonatos son capaces de sintetizar sus propias poliaminas para promover la proliferación de esta molécula y si esta está bloqueada, son capaces de capturar las poliaminas del espacio extracelular. Algo que nunca se había visto antes en la literatura”, afirmó.
“Esta información nos va a brindar las herramientas necesarias para entender las mecánicas de poliaminas en los astrocitos y su vez a entender el HAND, en donde hay un incremento en el flujo de poliaminas y la misma se encuentra en altas concentraciones en el fluido cerebroespinal de dichos pacientes”, concluyó.