Aunque la ligadura de trompas es teóricamente irreversible, aunque hay ocasiones en las que la posibilidad de lograr un embarazo está ligada al porcentaje del daño realizado en el procedimiento.
Por: Estefanía Santos
La ligadura de trompas o el procedimiento pomeroy es un procedimiento quirúrgico que se realiza en mujeres que optaron por una alternativa de planificación familiar definitiva, aunque en algunos casos hay mujeres que deciden revertir su efecto.
Aunque la ligadura de trompas es teóricamente irreversible, aunque hay ocasiones en las que la posibilidad de lograr un embarazo está ligada al porcentaje del daño realizado en el procedimiento: Dado esto, las ligaduras de las trompas se dividen en tres tipos:
Oclusión tubárica: El porcentaje de reversión de este método es del 70%, ya que solo se inhabilita una pequeña parte de la zona que une a los ovarios que imposibilitan la fecundación del óvulo y el espermatozoide. La primera opción es realizar una ligadura por sección, es decir, el método pomeroy donde se hace un pequeño corte de una parte de la trompa y se anudan los extremos para sellar la zona de flujo. La segunda posibilidad es la obstrucción de la trompa con una grapa o anillo evitando el paso del material genético.
Inhabilitación de las trompas de Falopio: Se extirpan las trompas, parcial o completamente. Esto dificulta en gran medida la posibilidad de revertir el procedimiento. Ahora bien, si la extirpación fue parcial, es posible que se tenga en consideración la reconstrucción de las trompas.
Extirpación de las fimbrias: Las fimbrias es la estructura que conectan las trompas de Falopio con el ovario. El procedimiento consiste en cortar todo el extremo, disminuyendo la posibilidad de una reconstrucción óptima, y por ende un embarazo exitoso.
Para recuperar la función natural de las trompas, es importante realizar una revisión para medir la viabilidad de reconectarlas, sin embargo, además del proceso practicado, entran en juego otros factores como la edad de la madre, la presencia del tejido cicatricial en la pelvis, la longitud de la trompa y la habilidad del especialista para determinar el éxito de la operación.
Es importante resaltar que el porcentaje de mujeres que pueden quedar embarazadas tras someterse a este procedimiento puede superar el 50% de los casos aproximadamente, según estudios.
Siempre está la posibilidad de recurrir a la Fecundación Invitro, que puede ser una alternativa adicional para lograr el embarazo tras una Pomeroy. La decisión por cualquiera de las opciones la toma la mujer basada en su condición de salud actual y a futuro, así mismo como su intención de tener o no más hijos en los años próximos.