La expresión de afecto y los abrazos son tan necesarios en los seres humanos para tener una buena salud, así lo confirman varios estudios en Estados Unidos.
Por: Estefanía Santos
Cuando recibimos un abrazo los corpúsculos de Meissner reciben la señal del tacto y la envía a la corteza cerebral. Por otro lado, los mecanorreceptores que se activan especialmente en labios y manos, reciben estímulos como la temperatura o la presión y así es codificada cerebralmente y asimilada como caricia, pellizco, cosquillas y abrazos.
Esto ocurre en nuestro cuerpo cuando recibimos un abrazo
- Segregamos oxitocina y endorfinas que reducen los niveles de cortisol y adrenalina, (las hormonas del estrés) y nos ayudan a sentirnos más relajados.
- Liberamos serotonina y dopamina que contribuyen al bienestar y la calma.
- Activamos el sistema límbico encargado de la regulación emocional, eso contribuye a reforzar los vínculos afectivos como la confianza o el apego.
Según el investigador de la Universidad de Claremont, Paul Zak, los abrazos tienen tantos beneficios psicofisiológicos "ha llegado incluso a "prescribir" 8 abrazos al día como forma de liberar oxitocina y mejorar el bienestar".
- Reducen el estrés y la tensión.
- Aportan seguridad y protección.
- Promueven bienestar y calma.
- Mejoran la autoestima, el empoderamiento.
- Regulan el estado de ánimo y el nivel de energía.
- Estimula la capacidad sensitiva.
- Refuerzan los procesos de memoria y aprendizaje. La dopamina aumenta el buen humor y la motivación. Las emociones también asientan los recuerdos.
- A nivel fisiológico reduce la presión arterial y ralentiza la respiración.
- Hay estudios que refieren mejorías en cefaleas, insomnio, regulación del apetito, dolor crónico, ralentización del envejecimiento (por la hormona DHEA) y refuerzo del sistema inmunológico.
- Potencian las relaciones interpersonales y sentimientos de conexión
La falta de abrazos aumenta el malestar psicológico e impacta negativamente en la salud mental de muchas personas.