Esta prueba no solo detecta la displasia cervical a través de marcadores genéticos del DNA de la prueba citológica líquida, sino que es capaz de identificarlos en pruebas de orina.
Por: Estefanía Santos
Una nueva prueba molecular que detecta células displásicas de la cérvix en mujeres en riesgo de desarrollar cáncer cérvicouterino ha sido la creada por un científico puertorriqueño destacado en la Escuela de Medicina de Johns Hopkins. Marcando así un gran paso de avance en el frente científico contra la enfermedad provocada por el Virus del Papiloma Humano (VPH).
La prueba molecular, a base de la metilación como medida de prueba para diagnosticar el cáncer; no solo detecta la displasia cervical a través de marcadores genéticos del DNA de la prueba citológica líquida, sino que es capaz de identificarlos en pruebas de orina.
De esta forma, figuraría como una alternativa triaje adicional para la detección temprana de la enfermedad en países no desarrollados donde la prueba, conocida también como el Papanicolau; donde no sea practicada ya sea por razones culturales, por falta de infraestructura médica o no se disponga de los fondos para sufragar la misma.
El investigador principal de esta hazaña científica lo es el Dr. Rafael Guerrero Preston, catedrático auxiliar de otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins; y miembro del Centro Oncológico Kimmel de Johns Hopkins.
Entre el equipo científico de este frente investigativo figura también la Dra. Josefina Romagueras, ginecóloga obstetra destacada en el estudio y prevención del VPH en Puerto Rico.
Guerrero Preston, criado en Río Piedras, también se ha destacado en estudios en el campo de la salud pública y epigenética en Estados Unidos y Europa.
“Nosotros hicimos análisis del genoma de las mujeres que tenían cáncer cervicouterino que fueron parte del estudio. Identificamos varios genes que estaban metilados en cáncer (FKBP6, INTS1 y ZNF516), que son progresivos y tienen metilación alta en tejido canceroso. También vimos que, de otra parte, existía la necesidad de desarrollar una prueba de orina para aquellos países donde no se realice la prueba de citología líquida en mujeres», explicó en primera instancia el investigador.
De paso, indicó que la medida científica responde a que, a su juicio, la mayoría de las biopsias no son necesarias. Según estudios previos de su equipo científico; donde también se sugiere que este tipo de pruebas generan ansiedad, preocupación, dolor y suponen un gasto para el sistema de salud.
Resultados“Si la prueba de VPH sale anormal en la mujer, le mandan una colposcopía, le también una biopsia y la mayoría de esas biopsias salen negativas y son innecesarias. Lo que nosotros decimos es que, con la metilación de estos genes en la citología líquida también se puede determinar si es necesaria la biopsia o no. Así podemos reducir el número de biopsias al año y se reducirían los costos”; explicó el investigador a la Revista de Medicina y Salud Pública desde Baltimore, estado donde está localizada la Escuela de Medicina Johns Hopkins.
Los marcadores genéticos de las pruebas alcanzaron una sensibilidad de un 90.9% en lesiones cervicales o neoplasias intraepiteliales cervicouterinas (NIC) que puedan estar predispuestas al desarrollo del cáncer.
En cuanto al análisis molecular en la orina, Guerrero Preston indicó que la misma también permite corroborar si la vacuna contra el VPH es efectiva en la paciente y que a su vez; la misma es capaz de analizar el DNA del propio virus del VPH. De paso, permite identificar lesiones con un 75% de sensibilidad diagnóstica.
Los estudios moleculares fueron realizados en muestras de mujeres con cáncer y controles de Chile, Puerto Rico y de los Estados Unidos a quienes se le analizaron tejidos cervicouterinos y se le emplearon métodos de secuenciación de ADN.
Más allá, la identificación de genes metilados para cáncer cervical fueron analizados en sangre en 40 muestras de mujeres puertorriqueñas, arrojando una alta sensibilidad de 85.7%.
“Queríamos demostrar que también podíamos medir la metilación de estos genes en orina, citología líquida y suero (DNA circulante en sangre). Lo que estamos haciendo ahora es trabajar para continuar aumentado los niveles de sensibilidad de estas pruebas”, concluyó.