Hace cinco años una persona diagnosticada con hepatitis C estaba limitada a recibir tratamientos con interferón, un medicamento que se suministraba a través de inyecciones y provocaba numerosos efectos secundarios.
Hoy día los avances científicos y tecnológicos han dado paso a nuevos fármacos que mejoran la calidad de vida de las personas, disminuyendo los efectos adversos.
"No todo el mundo toleraba esos efectos secundarios y la terapia se limitaba mucho", recordó Federico Rodríguez, hepatólogo y director del capítulo de Hepatología de la Asociación Puertorriqueña de Gastroenterología y añadió que contrario a años anteriores, ya no hay que inyectar al paciente pues todos los tratamientos son a través de cápsulas.
Añadió que el periodo de recuperación de la infección también ha ido disminuyendo, indicando que ha visto casos de pacientes que han sido curados en tan corto como unos tres meses.
“Cuando hicimos un estudio a través de la Asociación Puertorriqueña de Gastroenterología, encontramos que en la Isla el factor de riesgo más común es por el uso de drogas intravenosas, pero no se limita a esas personas, también (se ha encontrado el virus de hepatitis C) a personas que hayan recibido transfusiones de sangre antes del 1992 que es cuando por primera vez se puede adquirir un anticuerpo que hace el diagnóstico para la prueba en sangre”, explicó Rodríguez en entrevista con la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP).
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Desaventajados los beneficiarios de la reforma
Más allá de concienciar a la comunidad para que se eduquen sobre esta enfermedad hepática, Rodríguez mencionó que el reto está en suministrarles los tratamientos. Esto se debe en gran parte porque según el galeno, la mayoría de las personas infectadas con hepatitis C son beneficiarios del Programa de Salud del gobierno.
"Una vez se diagnostican, el problema más grande es el costo. Algunos planes privados las cubren y hacen todo lo posible para que el paciente pueda adquirir los medicamentos y terapias, pero la mayoría de los pacientes son beneficiarios de la reforma", manifestó Rodríguez y señaló que lamentablemente éstas personas se quedan sin ser atendidos a tiempo ya que el costo de los tratamientos fluctúa entre $60,000 a $100,000.
Las expresiones del galeno se dieron en el marco de un congreso celebrado por la Asociación Puertorriqueña de Gastroenterología, donde acudieron diversos especialistas de la salud, pero mayormente médicos generalistas para recibir un insumo esencial de las nuevas técnicas para tratar la infección.
"Sabemos que hay un gran grupo de pacientes con enfermedades hepáticas y son los médicos primarios quienes tienen primer acceso a ellos, así que queremos que ellos conozcan de estas condiciones para hacer los referidos tempranos", manifestó por su parte el doctor Iván Antúnez, presidente de la Asociación Puertorriqueña de Gastroenterología acerca de la actividad que se llevó a cabo en el hotel La Concha, en San Juan.