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La fibrilación atrial sigue constituyendo una de las arritmias cardíacas más importantes a tratarse para evitar complicaciones tan serias como un derrame cerebral.
Así lo reiteraron a la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP) el doctor Raúl García Rinaldi, director del Instituto de Cardiología del Mayagüez Medical Center (MMC) y el cardiólogo Luis Molinary, quienes enfatizaron en que la arritmia cardíaca no debe ser subestimada entre los profesionales de la salud y los pacientes.
En síntesis, las arritmias cardíacas constituyen alteraciones en el ritmo normal del corazón donde el músculo atraviesa por contracciones inadecuadas en los atrios del corazón, sobretodo en actividad física. La misma es frecuente en pacientes adultos luego de los 65 años de edad.
“Es una enfermedad que la gente tiende a menospreciarla. Hay que tomar este diagnóstico de forma ligera. Ocurre mayormente en varones. Puede resultar en la dilatación del atrio izquierdo, donde se origina la fibrilación atrial”, expuso el doctor García Rinaldi.
“Ocurre mucho en pacientes usualmente diabéticos, por la alta prevalencia de la enfermedad en Puerto Rico, sobrepeso, hipertensos, que han tenido infartos al miocardio o angina de pecho”, estipuló.
Mientras, el doctor Molinary, expresidente de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología, señaló que “la condición es mucho más prevalente que lo que la gente piensa”.
“Es una arritmia bien relacionada a la enfermedad arterioesclerótica o oclusión de las arterias del corazón y directamente con los accidentes cerebrovasculares. Si el paciente tiene las arterias tapadas del corazón, incide en que el paciente pueda presentar este tipo de arritmias. Debería existir una mayor conciencia de que la prevalencia es alta, hay que saber reconocerla y saber tratarla”, enfatizó Molinary.
El cardiólogo, aunque no brindó estadísticas de la fibrilación atrial en Puerto Rico, enfatizó en que la arritmia se palpa más en la población debido al aumento de la enfermedad cardiovascular así como el aumento de la población envejeciente en Puerto Rico.
“Mientras más factores de riesgo tenga el paciente, mayor el riesgo del desarrollo de la condición. He visto muchos pacientes en el hospital con derrames cerebrales que no sabían que tenían esta arritmia y que nunca se han hecho un electrograma ni nunca le notificaron al médico sobre los síntomas que tenían”, afirmó.
En cuanto al tratamiento, el doctor García Rinaldi destacó que el uso de la Warfarina sigue constituyendo un problema debido a que las dosificaciones estándar del medicamento no necesariamente le funcionan a todos los pacientes y por el contrario, pueden causar efectos adversos a la salud.
“Es por eso que se han desarrollado los anticoagulantes nóveles con la mitad de las complicaciones que podría desarrollar la Warfarina y los pacientes las toleran mejor como Eliquis, Xarelto que son usados con más frecuencias y brindan mejores resultados”, formuló, al tiempo que el doctor Molinary concordó con los resultados favorables del uso de los anticoagulantes noveles en esta población de pacientes.
“Frecuentemente se comienzan con medicamentos que reduzcan el ritmo cardíaco. Lo segundo es tratar de que la conversión de fibrilación a ritmo sinusal (latido normal del corazón) sea lo más rápido posible”, estipuló.
Para Molinary, lo más importante del uso del medicamento anticoagulante es que el paciente no desarrolle una embolia sistémica, “porque no solo la embolia da en el cerebro, sino que puede correrse a distintas partes del cuerpo”.
Entre las causas enfermedad de la afección cardíaca se encuentran el fallo cardíaco, la enfermedad coronaria, hipertensión, endocarditis, la ingesta excesiva de alcohol y drogas, entre otras.
La misma puede sospecharse con mareos, palpitaciones irregulares del corazón, la falta de aire, entre otros. Esta se puede diagnosticar con un electrocardiograma.
Las siguientes condiciones aumentan la posibilidad de tener fibrilación atrial:
- Edad 75 años o más
- Historial familiar de fibrilación atrial
- Alta presión
- Enfermedad coronaria
- Diabetes
- Fallo cardíaco
- Obesidad mórbida
- Apnea del sueño
Síntomas más frecuentes son:
- Palpitaciones rápidas e irregulares
- Dificultad para respirar
- Debilidad o dificultad para ejercer
- Dolor en el pecho
- Mareos o desmayos
- Fatiga (cansancio)
- Confusión
- Derrame cerebral previo
- Fallo cardiaco
- Diabetes
- Alta presión
- 75 años o más