Una de las características de muchos tumores es que, debido al metabolismo de las células del cáncer, el entorno alrededor de los tumores sólidos tiene un pH ácido. Esto confiere unas características especiales a estas células y las hace más resistentes y capaces de migrar a otras zonas del cuerpo (proceso conocido como metástasis).
En ese sentido, un trabajo publicado en la revista Angewandte Chemie y liderado por el Instituto de Química Avanzada de Cataluña, del CSIC, pone el foco en el pH del entorno de tumores y propone que pudiese emplearse como parámetro selectivo entre células sanas y células malignas.
Según el investigador, estos resultados abren la posibilidad de usar métodos parecidos a los que se emplean en la quimioterapia utilizando el pH como parámetro de selectividad entre células cancerosas y sanas.