Esta vez, el campo de la oncología nutrirá sus conocimientos al enterarse que el segundo caso de una rara variante genética en un linfoma de células del manto
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
El mundo leerá que desde Puerto Rico se continúa reportando casos a la literatura científica que día a día reafirman la calidad y peritaje tanto de los investigadores así de los médicos boricuas.
Esta vez, el campo de la oncología nutrirá sus conocimientos al enterarse que el segundo caso de una rara variante genética en un linfoma de células del manto (LCM) se registró en Puerto Rico, según revelado a la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP).
Entre los autores del caso figuraron el doctor William Marrero, médico interno del Hospital Auxilio Mutuo y el doctor Fernando Cabanillas, investigador de cáncer de tipo linfomas en Puerto Rico y Estados Unidos así como el doctor Alexis Cruz Chacón, director del Centro de Trasplante de Médula Ósea.
Cabe destacar que el LCM es un tipo de cáncer linfático que tan solo ocupa al campo científico y clínico hace poco más de una década, y se reporta entre un 7% a un 10% de los Linfomas No Hodgkin (LNH). Es un cáncer que se origina en los glóbulos blancos llamados linfocitos. Estos forman parte del sistema inmune del cuerpo.
La translocación genética observada en la mayoría de los pacientes con LCM común es la t(11;14) (reportado en la literatura médica t(11;14)(q13;q32). Este tipo de linfoma es uno agresivo y en su mayoría no responden satisfactoriamente al tratamiento.
En Puerto Rico, esta no fue la variante registrada en una paciente de 51 años, confirmaron los médicos a MSP.
Relataron que se trató de una paciente a quien se le realizó un laboratorio CBC que reflejó el conteo de células blancas elevado.
El historial de la fémina también reflejaba una anomalía continúa en la elevación de las células blancas, razón por la que fue referida al Centro de Cáncer del Hospital Auxilio Mutuo. La paciente de paso acudió al centro oncológico sin ningún síntoma característico de la enfermedad, detalle que le pareció extraño al equipo médico.
Entre los estudios que le fueron realizados, se le practicó una biopsia de médula ósea, la cual confirmó la proliferación desordenada de linfocitos B transformados en células malignas.
Lo raro es que ella no tenía esa translocación (genética) (11,14). Ella tenía una translocación t(11;22) y nos sorprendimos porque no sabíamos lo que teníamos de frente. Se volvió a revisar la médula y patólogo confirmó que era una translocación (11,22) y que lo que presentaba era un linfoma de células del manto con esta translocación variante”, reveló el doctor Marrero a la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP).
Esta es la primera vez que se ve un caso como este. Nos llama más la atención que cuando investigamos más a fondo, solamente hay un caso reportado en el mundo con este tipo de translocación genética. Lo que quiere decir es que esta es una presentación de una variante genética rara y que a su vez, no produjo ningún tipo de síntomas en esta paciente”, confesó.
Como la paciente no presentó ningún tipo de síntomas y solo se trató de una variante genética en su diagnóstico, los médicos decidieron evaluarla a base del conteo de células blancas periódicamente “pues la única anormalidad que tenía eran los niveles de glóbulos blancos. Todo lo demás en sus laboratorios era totalmente normal”, establecieron.
Decidimos entonces poner a la paciente en un proceso de esperar y evaluarla para ver cómo se comporta el linfoma y hasta ahora, en los 24 meses que la hemos evaluado, la paciente se sigue sin ningún tipo de tratamiento por la evolución clínica bien lenta de una minoría”, explicaron.
Señalaron de paso que se piensa que este tipo de paciente con este tipo de variante genética contenida en un diagnóstico de linfoma de células del manto pudieran pertenecer a un subgrupo que no necesariamente demanden tratamiento por la manera poco agresiva que podrían comportarse.
Biopsia de la médula ósea de la paciente. Suministrada.[/caption]
Sin embargo, los demás pacientes con este diagnóstico requieren un tratamiento agresivo que conlleva trasplante de médula ósea.
Mientras esté estable la paciente con esta variación genética en la isla, solo tendrá evaluación periódica. Podrían pasar años antes de que su panorama pueda complicarse, aseguró el equipo médico.
Este sería el segundo caso reportado en la literatura médica a nivel mundial. Seguimos teniendo la esperanza de que podemos lograr una combinación de tratamientos que curen por lo menos un por ciento impactante de estos pacientes con linfoma de células de manto”, celebraron.