Enfatizan la necesidad del diagnóstico temprano de cáncer esofágico

El especialista explicó que ante cualquier síntoma es importante realizar el seguimiento médico.

Por: Denis Carolina Londoño


 El Dr. Carlos Micames, Gastroenterólogo Intervencionista, detalló que en Puerto Rico ha habido un cambio, en el cual el cáncer de células escamosas era el más común, sin embargo, en los últimos 50 años se ha visto que los casos de adenocarcinoma han aumentado drásticamente.

“En general, el pronóstico  es a 5 años que es cómo lo medimos usualmente los tumores malignos, la sobre vida de los 5 años se aproxima al 50%, estamos hablando de todos los tipos cáncer de esófago, sin embargo, sabemos que si ya el paciente tiene una condición avanzada, en donde el tumor se ha esparcido a otras partes del cuerpo, pues baja significativamente, puede ser ya como un 5% de sobre vida”, comentó el gastroenterólogo.

Teniendo esto en cuenta, el experto enfatiza en la importancia de hacerse los estudios a tiempo, estar pendiente a los síntomas y acudir prontamente al médico para poder identificar estas lesiones de forma temprana y evitar complicaciones. 

El cáncer de esófago es una condición en la que se desarrolla un tumor o una masa en el área del esófago, el cual es un tubo que lleva la comida desde la boca hacia el estómago, como consecuencia, el paciente puede presentar diferentes síntomas y complicaciones asociados con la condición. Este tipo de cáncer se presenta con mayor frecuencia en adultos mayores de 50 años.

El especialista explicó que existen dos tipos de cáncer esofágico, está el cáncer de células escamosas y el adenocarcinoma, el cáncer de células escamosas se origina en la parte superior, en las partes más arriba del esófago. Sin embargo, este tipo de cáncer es menos frecuente, entre los factores de riesgo, se encuentra el uso excesivo del alcohol y el cigarrillo.

En el caso de adenocarcinoma, el mayor factor de riesgo es una enfermedad conocida como esófago de barret, “es una condición que surge secundaria al reflujo gastroesofágico, usualmente en personas masculinas y personas que hayan sufrido reflujo y acidez durante muchos años, típicamente obesos y caucásicos”, enfatizó.

De igual manera, la obesidad es un factor de riesgo junto con el alcohol, el cigarrillo y el historial familiar del paciente, en el caso del último mencionado, se refiere a aquellos pacientes que tengan algún familiar que haya sufrido cáncer de esófago.

Síntomas más frecuentes:

  • Dificultad para tragar (disfagia)

  • Pérdida de peso

Síntomas poco frecuentes y en caso más avanzados:

  • Anemia por deficiencia de hierro

  • Queja del paciente porque cuando come siempre le da ganas de toser.

  • Pulmonía recurrente.

Diagnóstico

En cuanto al diagnóstico, el experto detalló que existen varias pruebas, “usualmente cuando una persona presenta el síntoma de la disfagia, muchos médicos ya identifican eso como una señal de alarma y por consiguiente, muchas veces lo refieren a un gastroenterólogo”. El especialista a continuación va a solicitar una endoscopia de tracto superior, “en muchos casos podemos identificar estas lesiones, particularmente si son de un tamaño significativo”.

De igual manera, el gastroenterólogo explicó que el avance más significativo que se ha hecho es que al entrar en el esófago del paciente, a través de unas pinzas se pueden recoger diferentes muestras que luego se llevan a analizar, con el fin de identificar lesiones tempranas y pequeñas, que pueden llegar a alterar el tratamiento para el tumor o el cáncer.

En el caso de los estudios radiólogos, se pueden realizar tomografía computarizada de pecho, en la que se puede observar una lesión grande, sin embargo, no es 100% preciso. De igual manera, hay un estudio de una fluoroscopia con bario, en el cual se hace un esofagograma, en el que el paciente toma un contraste y a través de una máquina de rayos X, se toman unas placas. Este estudio muestra lesiones graves y tumores.

Tratamientos

Han existido muchos avances dentro de los últimos 15 años, especialmente en aquellos tumores pequeños y en los que no exista una evidencia de que exista en otra parte del cuerpo, sobre esto el experto explicó “anteriormente muchos de estos pacientes eran referidos a cirugía para removerle el tumor del esófago, aunque suena sencillo, no es para nada una cirugía sencilla, debido a que conlleva un alto riesgo”.

Aunque la cirugía, en algunos casos, se sigue haciendo una opción, el especialista enfatizó en que hay alternativas que han servido mucho en temas de recuperación, “muchos de los tratamientos se van a definir dependiendo del estadío del tumor”. Así mismo, detalló que si los tumores están localizados y son pequeños, estos se pueden remover endoscópicamente.

No obstante, si el tumor está más avanzado, se da un tratamiento multimodal, en el que se combina quimioterapia con radiación, usualmente esta opción se utiliza antes de la cirugía, incluso en ciertos casos se ha visto que el tumor desaparece sin necesidad de una intervención quirúrgica.

Vea la entrevista completa:



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