Si tenemos antecedentes familiares de tiroiditis de Hashimoto o enfermedades autoinmunes como lupus, artritis reumatoide, enfermedad celíaca, o alteraciones genéticas relacionadas con el HLA y STLA, aumenta el riesgo de desarrollarla.
Por: Katherine Ardila
La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune que afecta la glándula tiroides, un órgano en forma de mariposa ubicado en la parte frontal del cuello, responsable de producir hormonas que regulan el metabolismo del cuerpo.
Esta condición se caracteriza por la presencia de anticuerpos que atacan la tiroides, causando inflamación y, eventualmente, deterioro en la producción hormonal.
La doctora Liliana Mejía, endocrinóloga, en una entrevista en exclusiva para la Revista MSP explica que "la tiroiditis de Hashimoto puede generar dos presentaciones: Una presentación es que puede generar una destrucción de la glándula haciendo que se liberen las hormonas tiroideas y causando un cuadro de tiroiditis, con palpitaciones y sudoración".
"Y en la segunda presentación, posterior a esa destrucción, va haciendo una disminución de su función progresivamente".
Puedes ver la entrevista completa aquí.
Manifestaciones y progresión de la enfermedad
En etapas iniciales, la enfermedad puede presentarse como un hipotiroidismo subclínico, donde los síntomas son leves o inexistentes.
Sin embargo, con el tiempo, la deficiencia hormonal puede provocar "cansancio excesivo, somnolencia, estreñimiento, caída del pelo, piel seca, alteraciones del ciclo menstrual y problemas de fertilidad tanto en hombres como en mujeres"
La Dra. Mejía detalla: "el aumento de peso relacionado, se debe a edema y los pacientes pueden llegar a aumentar de 4 a 6 kilos. En casos severos, puede llevar a un cuadro conocido como mixedema, que puede llevar a la muerte".
¿Quiénes están en mayor riesgo de desarrollarla?
Si bien se desconoce la cifra exacta de personas que tienen la enfermedad de Hashimoto en los Estados Unidos, esta es la causa más común de hipotiroidismo que afecta aproximadamente a 5 de cada 100 estadounidenses.
De hecho, en palabras de la endocrinóloga, esta condición "se describe desde 5 a 10 veces más frecuente en mujeres que en hombres. En las mujeres, entre la tercera o cuarta década de la vida".
Sin embargo, añade que "también si tenemos antecedentes familiares de tiroiditis de Hashimoto o enfermedades autoinmunes como lupus, artritis reumatoide, enfermedad celíaca, o alteraciones genéticas relacionadas con el HLA y STLA, aumenta el riesgo de desarrollarla".
¿Por qué? Estas suelen asociarse con variantes genéticas que están involucradas en la regulación del sistema inmunitario. Estas variantes pueden llevar a un desbalance en el reconocimiento de los tejidos propios, permitiendo que el sistema inmunitario ataque células sanas, predisponiendo al paciente a desarrollar alguno de estos trastornos autoinmunes.
Relación de la enfermedad de Hashimoto con otras enfermedades autoinmunesLa conexión entre la tiroiditis de Hashimoto y otras condiciones autoinmunes, como la diabetes tipo 1, también es importante, pues,"ambas enfermedades comparten ciertos genes en el control de la inmunidad", explica la experta.
Aquí también menciona que algunos pacientes pueden desarrollar un síndrome poliglandular autoinmune, una alteración genética que predispone a varias enfermedades autoinmunes.
Diagnóstico y manejo de pacientes asintomáticosSu diagnóstico se basa en una combinación de historia clínica, examen físico y análisis de laboratorio para confirmar la disfunción tiroidea y su causa autoinmune.
En primer lugar, el médico revisa la historia clínica del paciente y realiza un examen físico detallado. Esto incluye preguntas sobre los síntomas, así como la palpación del cuello para identificar la presencia de bocio, una característica común en algunos pacientes con Hashimoto.
El diagnóstico se confirma principalmente con análisis de sangre que evalúan:
- Hormonas tiroideas (T4 y T3): Para medir la función de la glándula tiroides.
- Hormona estimulante de la tiroides (TSH): Indicador clave de hipotiroidismo.
- Anticuerpos antiperoxidasa tiroidea (TPO): Estos anticuerpos, presentes en la mayoría de los casos, confirman la naturaleza autoinmune de la enfermedad.
En pacientes donde los anticuerpos tiroideos no son detectables, el médico puede recurrir a una ecografía de la tiroides. Este estudio permite evaluar el tamaño y las características de la glándula, además de descartar otras posibles causas del agrandamiento, como la presencia de nódulos tiroideos.
La Dra. Mejía, explica que "entre el 50 al 80% de los casos de hipotiroidismo tienen como causa la tiroiditis autoinmune". Además, comenta que la conducta clínica varía dependiendo de los resultados de las pruebas:
"En pacientes asintomáticos con anticuerpos positivos pero función tiroidea normal, se opta por la vigilancia". Por otro lado, agrega que "si la TSH está elevada pero menor a 10 y el paciente no presenta síntomas, también se mantiene bajo observación".
RecomendacionesFinalmente, para quienes reciben un diagnóstico de la enfermedad de Hashimoto, la doctora Mejía hace algunas recomendaciones:
"Súper importante mantener una alimentación balanceada. Consiste en consumir las porciones de verdura, dos a tres porciones de frutas al día, consumir proteínas en las tres comidas y súper importante no consumir ultraprocesados que es lo que contiene bastante exceso también de yodo y que nos va a empeorar esta condición".
Además, "tener una muy buena comunicación con su médico, poder consultarle los síntomas que tenga y poder resolverlos. Tercero, tener una vida saludable mientras yo tenga una alimentación balanceada, haga actividades físicas, tenga un sueño reparador entre 6 a 8 horas, tenga un control de mi estrés, también eso ayuda a regular la tiroides y por último, tener adherencia en el tratamiento", concluyó.