Los niveles de la hormona, disminuyen de manera natural a partir de los 30 años, aproximadamente entre el 1 y 2% anual.
Por: Mariana Mestizo Hernández
El 7% de los hombres entre 40 y 60 años tiene niveles por debajo de lo normal. En torno a un 20% de los 60 a 80 años. Por encima de los 80, más del 50% de la población tiene niveles mucho más bajos.
El urólogo Alejandro Molina despejó todas las dudas, ninguna otra hormona provoca tanta intranquilidad, pero hay que saber que también su exceso tiene efectos tan indeseados como la disfunción sexual o atrofia testicular.
¿Existe alarma en la reducción de testosterona a mayores de 50 años?
Para poder hablar de la disminución de los niveles de testosterona en la población adulta es importante diferenciar entre lo que es el hecho de tener niveles por debajo de la normalidad llamado hipogonadismo bioquímico y lo que es tener síntomas asociados a dichos niveles bajos llamado hipogonadismo clínico, conocido en la población adulta como hipogonadismo de inicio tardío o síndrome de déficit de testosterona.
Ahora bien, los niveles de la hormona, disminuyen de manera natural a partir de los 30 años, aproximadamente entre el 1 y 2% anual. Sin embargo, para considerar este descenso como anormal es necesario comparar los niveles de esa persona con la población de referencia para su edad. Generalmente, en el 7% de los hombres entre 40 y 60 años puede detectarse un hipogonadismo bioquímico. Y en torno a un 20% entre los 60 y 80 años. Por encima de los 80 años se observa hasta en un 50%.
¿Cuándo debería considerarse alarmante?
Ciertamente, si no se acompañan de una característica médica, no es necesaria una terapia hormonal de reemplazo, ya que, si estos niveles de testosterona bajos no se acompañan de una condición con síntomas como disfunción sexual, cambios en el comportamiento y función cognitiva, alteraciones del sueño, sofocos o cambios físicos, por ejemplo, no tendrán la consideración de enfermedad.
¿Esa caída podría ser un síntoma de una enfermedad que aún no ha dado la cara?
Existen estudios que identifican el déficit de testosterona como relación de enfermedad cardiovascular, al igual que ocurre con la disfunción eréctil. Además, los pacientes con factores de riesgo cardiovascular tienen una mayor incidencia de niveles bajos de testosterona. Por ello, se ha visto que mejorar estos niveles puede ser beneficioso para el control del azúcar, colesterol, obesidad y otros trastornos.
¿Cuál es el tratamiento más eficaz?
El tratamiento más efectivo es el reemplazo hormonal con testosterona. La manera de administrar puede ser en forma de gel, parches, vía oral o inyecciones intramusculares o implante subcutáneo. La diferencia básica entre ellas es el tiempo que dura en sangre y la estabilidad en los niveles en sangre.
¿Cuál es el riesgo de esta mala interpretación de la testosterona?
La hormona es necesaria para muchas funciones del organismo, pero no hay que equivocarse al pensar que cuanta más testosterona, mejor.
Por consiguiente, el exceso de esta hormona al organismo tiene repercusiones contraproducentes. Entre ellas, disfunción sexual, infertilidad, atrofia testicular, toxicidad hepática, cambios en el estado del ánimo y comportamiento más agresivo, aumento de las mamas o aumento del riesgo de tromboembolismo.
Fuente de consulta aquí.