Realizar dietas restrictivas para perder peso en personas mayores puede llevar a la pérdida de masa muscular y aumentar la fragilidad.
Por: Jose Ibraim Alape
Un estudio reciente, ha proporcionado nuevas perspectivas sobre la intrincada conexión entre el sobrepeso y la salud en adultos mayores, cuestionando las convenciones tradicionales asociadas al Índice de Masa Corporal (IMC).
Beneficios del sobrepeso en adultos mayores
Contrariamente a las normativas convencionales del IMC, que no toman en cuenta factores como la edad, la actividad física ni el sexo, este estudio sugiere que los adultos mayores, específicamente aquellos de 70 a 80 años, pueden experimentar beneficios para la salud al encontrarse dentro del rango considerado como sobrepeso (entre 25 y 30). Mary Hickson, coautora de la investigación, resalta que, en comparación con grupos más jóvenes, los adultos mayores con ligero sobrepeso presentan un riesgo menor de mortalidad.
Críticas al enfoque del IMC
Expertos como Naiara Fernández, coordinadora del grupo de nutrición de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), cuestionan la relevancia del IMC en personas mayores. Se argumenta que el IMC, basado en resultados en personas jóvenes, no tiene en cuenta las particularidades de este grupo de edad. Un IMC considerado normal en personas jóvenes podría indicar obesidad grado 1 en personas mayores, lo que no necesariamente se traduce como sobrepeso.
Jesús Román, presidente del comité científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), advierte sobre la importancia de no depender exclusivamente del IMC, ya que los adultos mayores pueden tener un IMC normal pero carecer de masa muscular, lo que afecta negativamente a su salud.
Impacto de dietas restringidas y enfoque en la funcionalidad
El estudio resalta los riesgos de realizar dietas restrictivas para perder peso en personas mayores, ya que esto podría llevar a la pérdida no solo de grasa, sino también de masa muscular, aumentando la fragilidad y la propensión a caídas. Según Jose Antonio Serra, jefe de geriatría del hospital Gregorio Marañón de Madrid, un ligero sobrepeso puede actuar como "acolchamiento" protector ante posibles caídas.
Naiara Fernández subraya la importancia de mantener la funcionalidad y la autonomía en las personas mayores, independientemente del IMC. Pérdida de peso solo se recomienda en casos donde patologías como la artrosis limiten la movilidad.
Consideraciones adicionales: Hábitos dietéticos y distribución de grasa
Es crucial tener en cuenta los hábitos dietéticos de las personas mayores, según Jose Antonio Serra. Situaciones como vivir solo, dificultades para ir de compras, limitaciones económicas o falta de compañía pueden llevar a hábitos alimenticios no saludables, con el riesgo de recurrir a productos procesados que impactan negativamente en la salud.
También se destaca la importancia de evaluar la distribución de grasa de cada persona. Si está distribuida homogéneamente en el cuerpo, es "mucho menos dañina" que si se acumula en el abdomen, lo que aumenta el riesgo de síndrome metabólico, diabetes y cardiopatía, según Serra.
Pérdida involuntaria de peso: un problema mayor que el sobrepeso
La investigación de la BDA muestra preocupación por la pérdida involuntaria de peso en personas mayores, considerándola más preocupante que el sobrepeso. Hickson explica que puede deberse a diversas causas como el aislamiento social, enfermedades crónicas, procesos de duelo o depresión, problemas bucales o la toma de medicamentos que afectan al apetito o la absorción de nutrientes. Detectar la desnutrición y evaluar sus posibles causas son cruciales para planificar una atención adecuada.
Para abordar la pérdida involuntaria de peso, Fernández sugiere un enfoque multidisciplinario que incluya apoyo emocional, intervención de ejercicio físico, ajuste de medicamentos y evaluación nutricional con recomendaciones específicas o suplementos alimenticios si es necesario.
Un llamado a la revisión de recomendaciones de salud
El estudio británico plantea la necesidad de revisar las recomendaciones de salud, especialmente del IMC, para adaptarlas a todas las poblaciones. Mary Hickson sugiere que es el momento de "revisar la evidencia para ver si la OMS puede hacer recomendaciones para todas las poblaciones". La autora recomienda cambios, como priorizar el entrenamiento de fuerza para fortalecer los músculos en lugar de enfoques que insten a perder peso.
Por último, más allá del IMC, la atención geriátrica integral, el enfoque en la funcionalidad y la consideración de los hábitos dietéticos y la distribución de grasa son esenciales para el bienestar de las personas mayores. Este estudio plantea interrogantes significativas sobre las prácticas actuales y destaca la importancia de abordar la salud en los adultos mayores de manera más holística.
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