El cuidado adecuado de la piel puede mejorar la apariencia de la queratosis y, en algunos casos, prevenir su desarrollo.
Por: Mariana Mestizo Hernández
La queratosis es una condición en la que se forma una zona de la piel donde se abulta o engrosa, la cual puede ser causada por diversas razones. Por lo general, estas áreas tienden a ser más duras y escamosas, lo que puede resultar incómodo para quienes las padecen.
La aparición de la queratosis puede variar en función de la forma en que se manifieste, además, puede presentarse a diferentes edades con niveles de riesgo variables. Es importante destacar que el cuidado adecuado de la piel puede mejorar su apariencia y, en algunos casos, incluso prevenir su desarrollo.
Tipos de queratosis
Existen tres tipos comunes de queratosis que pueden manifestarse en la piel: queratosis pilar, queratosis seborreica y queratosis actínica.
La queratosis pilar es una afección inofensiva de la piel que causa manchas secas, ásperas y pequeñas protuberancias, generalmente en la parte superior de los brazos, muslos, mejillas o glúteos. Estas protuberancias no suelen causar dolor ni picazón significativos.
Aunque la queratosis pilar no se puede curar ni prevenir por completo, se puede mejorar su apariencia con el uso de cremas hidratantes y, en algunos casos, con cremas de venta con receta médica. Por lo general, esta condición tiende a desaparecer en torno a los 30 años.
¿Cómo identificarla?
Los síntomas característicos de la queratosis pilar incluye:
- Pequeñas protuberancias indoloras en la parte superior de los brazos, muslos, mejillas o glúteos.
- Piel seca y áspera en las áreas afectadas por las protuberancias.
- Empeoramiento de los síntomas durante períodos de baja humedad y sequedad en la piel, como los cambios estacionales.
- Las protuberancias tienen una apariencia similar a la piel de gallina o al papel de lija.
La queratosis seborreica es una neoplasia cutánea común y benigna. A medida que las personas envejecen, tienden a desarrollar más de estas lesiones.
Las queratosis seborreicas suelen presentar tonalidades marrones, negras o marrones claras. Estas lesiones tienen una apariencia cerosa, escamosa y ligeramente elevada. Se desarrollan de forma gradual, generalmente en áreas como la cara, el cuello, el pecho o la espalda.
Cabe resaltar que, este tipo de queratosis son afecciones cutáneas inofensivas y no contagiosas. Por lo general, no requieren tratamiento, pero en caso de irritación causada por el roce con la ropa o si no te agrada su apariencia, puedes optar por su extirpación.
¿Cómo se identifica?
La queratosis seborreica es una condición que empeora progresivamente y puede presentar los siguientes signos y síntomas:
- Protuberancia redonda u ovalada, cerosa o áspera, que generalmente se localiza en la cara, el pecho, el hombro o la espalda.
- Protuberancia plana o ligeramente elevada con una superficie escamosa, que parece estar adherida a la piel.
- El tamaño de la protuberancia puede variar desde muy pequeño hasta más de 1 pulgada (unos 2,5 centímetros) de ancho.
- Pueden aparecer una sola o varias protuberancias, y su cantidad puede variar.
- En algunas personas, especialmente en pieles negras o morenas, pueden presentarse pequeñas protuberancias agrupadas alrededor de los ojos u otras áreas de la cara, a menudo conocidas como "lunares de carne" o dermatosis papulosa nigra.
- El color de las protuberancias puede variar desde marrón claro hasta marrón o negro.
- En algunos casos, las protuberancias pueden causar picazón.
La queratosis actínica es una mancha áspera y escamosa en la piel que suele aparecer después de años de exposición al sol. Por lo general, se encuentra en áreas como la cara, los labios, las orejas, los antebrazos, el cuero cabelludo, el cuello o el dorso de las manos. Se caracteriza por ser un parche áspero y escamoso en la capa superior de la piel, que con el tiempo puede endurecerse y adquirir una apariencia similar a una verruga.
También conocida como queratosis solar, esta afección se desarrolla gradualmente y tiende a aparecer en personas mayores de 40 años. Reducir la exposición al sol y proteger la piel de los rayos ultravioleta (UV) son medidas importantes para disminuir el riesgo de padecer esta condición cutánea.
Es importante destacar que, si no se trata, existe un riesgo estimado del 5 al 10 por ciento de que las queratosis actínicas evolucionen hacia un tipo de cáncer de piel conocido como carcinoma de células escamosas.
Aspectos comunes
La queratosis actínica puede presentar una variedad de aspectos y los síntomas característicos incluyen:
- Presencia de manchas ásperas, secas o escamosas en la piel, generalmente de menos de 1 pulgada (2,5 cm) de diámetro.
- Las manchas pueden ser planas o ligeramente elevadas, formando un bulto en la capa superior de la piel.
- En algunos casos, las lesiones pueden tener una superficie dura similar a una verruga.
- Las manchas pueden variar en color, incluyendo tonalidades rosa, rojo o marrón.
- Puede experimentarse picazón, ardor, sangrado o formación de costras en las áreas afectadas.
- Es posible que aparezcan nuevas manchas o protuberancias en áreas expuestas al sol, como la cabeza, el cuello, las manos y los antebrazos.
Cómo prevenir la queratosis actínica
La queratosis actínica puede tener el potencial de progresar hacia un cáncer de piel, por lo tanto, es importante buscar la atención de un especialista ante los primeros signos. Además, tomar precauciones es fundamental para prevenir su aparición, especialmente en personas con tez clara y ojos claros, así como en climas soleados.
Algunas recomendaciones para prevenir la queratosis actínica son:
- Evitar la exposición prolongada al sol, especialmente durante las horas en que los rayos ultravioleta (UV) son más intensos y perjudiciales para la piel.
- Utilizar protector solar diariamente. Para el rostro, se recomienda un protector solar facial con factor de protección (FPS) 50. Para el cuerpo, aplicar protector solar antes de exponerse al sol, como en la playa, la piscina o al practicar actividades al aire libre. Es importante volver a aplicar el protector solar después de salir del agua o cada dos horas.
- Utilizar prendas que cubran la piel cuando la exposición solar sea intensa o prolongada, como sombreros de ala ancha.
- Evitar tratamientos que impliquen la exposición a rayos UV, ya que esto puede hacer que la piel trabaje en exceso para protegerse de ellos.
Fuentes consultadas aquí, aquí, aquí y aquí.