La pérdida de cabello en este tipo de alopecia, el más común, suele manifestarse en forma de áreas redondas.
Una de las causas más comunes de pérdida de cabello, en hombres especialmente, es la alopecia o calvicie masculina. Conversamos con la Dra. Eneida De La Torre, dermatóloga, portavoz de Protege Tu Piel PR, investigadora y catedrática de la Universidad Central del Caribe en Bayamón, quien nos ofreció una valiosa visión sobre el manejo y tratamiento de la alopecia areata.
"La alopecia es una pérdida de cabello. Hay diferentes tipos de alopecia, pero en la alopecia areata los pacientes tienen una completa pérdida de cabello en un área específica del cuero cabelludo. Este tipo de alopecia es un diagnóstico clínico, lo que quiere decir que el médico nada más con examinarlo puede establecer qué tipo de alopecia es", indicó la especialista en piel.
Alopecia areata: pérdida de cabello sin inflamación y diagnóstico diferencial
En la alopecia areata, la pérdida de cabello suele manifestarse en forma de áreas redondas, por ende, la dermatóloga explicó que identificar el tipo y la gravedad de la alopecia es crucial para determinar el tratamiento adecuado: "Usualmente en esta condición no hay inflamación, que eso lo distingue de otros tipos de alopecia que tenemos presentes en los pacientes con condiciones autoinmunes, como la alopecia del liquen plano pilar o la alopecia del lupus discoide", explicó la doctora.
Localización y tipo de alopecia areata
Es esencial determinar la localización de la alopecia areata y su tipo; ya sea focal, total o universal. Según señala la investigadora, al evaluar un paciente, se presta atención a la cronicidad, la agudeza, la inflamación y la duración de la afección. Además, se pueden realizar pruebas detalladas para evaluar el estado del cabello, permitiendo un diagnóstico más preciso sobre el tipo de alopecia.
"Cuando la alopecia afecta toda la cabeza se considera total, pero también tenemos cuando afecta los folículos del cuerpo, lo que se considera, una alopecia universal. También tenemos que ver dónde se refiere la pérdida de cabello, si es aguda o crónica, si vemos un área específicamente sin cabello y si vemos inflamación. Todo eso es importante para determinar qué tipo de alopecia tiene el paciente".
Clasificaciones y tratamientos de la alopecia areata
La alopecia areata se clasifica en leve, moderada y severa, con variaciones de acuerdo a la pérdida de cabello. Ante esto, la Dra. De La Torre indica que: "Lo primero que hacemos es tratar a los pacientes con inmunosupresores, esos usualmente son de manera tópica, pero también pueden ser inyectados u oral como los esteroides sistémicos. Las terapias tópicas de contacto o inmunoterapias lo que causan es una inflamación para confundir el sistema inmunológico para que el pelo empiece a concentrarse en la piel".
Sin embargo, a pesar de las opciones disponibles, la alopecia areata sigue siendo un desafío terapéutico debido a su naturaleza inmunológica y potenciales recaídas. Además, es importante recalcar que la alopecia areata puede estar relacionada con otras condiciones autoinmunes, como diabetes o problemas de tiroides, y con alergias, en particular, la dermatitis atópica.
Salud mental y alopecia: fundamental en el tratamiento
La salud mental y el manejo de emociones como el estrés juegan un papel significativo en esta afección, ya que los pacientes con altos niveles de ansiedad pueden experimentar un impacto negativo en la salud capilar: "Nuestra salud mental afecta mucho la alopecia areata y los pacientes que tienen muchos desórdenes de ansiedad están afectados por esta condición y también la condición puede afectar su estado de ánimo y su estado de salud. Uno de los desencadenantes más comunes y conocidos para esto es nuestro estado emocional, especialmente el estrés emocional y la ansiedad".
Un aspecto positivo, además de las nuevas terapias, es que actualmente para tratar la alopecia areata se están desarrollando tratamientos innovadores basados en inhibidores JAK que influyen en el sistema inmunológico y que ya han demostrado ser efectivos en condiciones autoinmunes como la artritis reumatoidea o la dermatitis atópica.