La diferencia entre una vacuna mRNA o de ARN mensajero (ARNm) les enseñan a nuestras células a fabricar una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria en nuestro cuerpo, según el CDC.
Por: Belinda Burgos
En medio de la preparación del País para el inicio de la vacunación en pacientes pediátricos entre 5 a 11 años, el doctor Miguel Colón, infectólogo y pasado presidente de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Puerto Rico (SEIPR), fue enfático en que la combinación de vacunas en medio de la inmunización que corresponde a los refuerzos contra COVID-19 no es contraproducente.
Las expresiones del también especialista del Hospital Auxilio Mutuo surgen en medio de dudas del tipo de vacuna de refuerzo que debería administrarse una persona ya vacunada y su libertad de elegir entre aquellas de distintas industrias farmacéuticas, como lo son Pfizer y Moderna (a las cuales se les aprobó una tercera dosis de refuerzo), aunque previamente se haya inmunizado con la vacuna de Janssen.
El refuerzo de esta última aún no ha sido aprobado, aunque se espera su autorización a partir del mes de noviembre, según estimaciones de científicos del País.
“Verdaderamente no se ha demostrado ninguna diferencia si se mezclan las vacunas. El CDC dice claramente que si una persona tiene las dos dosis de moderna y si en un centro de vacunación hay otro tipo de medicamento, sea administrado. No hay un problema o diferencia. Donde sí hay algunas diferencias es en aquellas vacunas con adenovirus como la de Janssen y Astrazeneca, pues la respuesta suele ser diferente. Mi recomendación es que su dosis de refuerzo sea con una vacuna de mRNA”, puntualizó.
La diferencia entre una vacuna mRNA o de ARN mensajero (ARNm) les enseñan a nuestras células a fabricar una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria en nuestro cuerpo, según el CDC.
Mientras, la vacuna realizada a base de un vector viral se trata de una versión modificada de un virus, que es diferente del virus objetivo para el que llevan instrucciones importantes a nuestras células y generan de esta manera una respuesta inmunitaria, explica la misma entidad.
“La vacuna de Janssen y Astrazeneca es un adenovirus atenuado que se le inyecta al paciente y este virus imita al COVID-19 y esto permite que el paciente desarrolle los anticuerpos necesarios. Lo que se le inyecta a la persona es un virus atenuado. Ahora, Pfizer y Moderna inyectan partículas de mRNA que se degrada en horas, pero estimula el sistema inmune de una manera rápida”, explicó, quien superó el ser contagiado con el mismo virus COVID-19 que trata todos los días en sus pacientes.
“Los síntomas que se presentan luego de una dosis siguiente es normal, esto significa que el sistema inmune es robusto y se está validando su funcionalidad, es normal que se presenten molestias por 48 horas. Tengo pacientes de la primera ola de Marzo (2020), y aún sienten molestias como falta de aire cuando anteriormente, no era así, tras 18 meses”,
Vacuna en niños
De otra parte, en medio de la espera de la aprobación final de la vacuna COVID-19 para niños entre 5 a 11 años, el infectólogo estableció que la data de los estudios han arrojado una robusta respuesta inmunitaria por parte de esta población de pacientes.
“Ya Pfizer envió toda la información a la FDA, al igual que Moderna. La primera pidió permiso del uso de su medicamento en niños de 5 a 11 años mientras la otra de 6 a 11, pues la producción de anticuerpos es espectacular y no tendrían efectos secundarios, además que sería usando la mitad de la dosis”, sostuvo.
“Mi experiencia con conocidos que tienen niños si quieren vacunar a las personas, pues al ver los casos que hubo en meses anteriores ha generado un tipo de conciencia, por eso varios padres están ansiosos por vacunar a sus parientes más pequeños”, añadió.
Finalmente, sostuvo que el panorama de la baja de casos es uno alentador, pues favorece toda la logística necesaria para la vacunación de los más pequeños.
“El pico más grande han sido los de octubre, noviembre y diciembre del año pasado e igualmente durante los meses de elecciones, y esto era principalmente ante la ausencia de la vacuna y los protocolos de bioseguridad rigurosos. Ahora el panorama ha cambiado mucho por medio de la vacunación en los niños de 5 a 11 años”, indicó.
“Me siento feliz de cómo estamos ahora mismo, la positividad está entre 2.5 a 3%, los pacientes admitidos de “long” COVID aún están conectados a un ventilador mecánico y no hay modo de sacarlos del hospital, pero los índices han bajado considerablemente. Estoy bien positivo porque no hay variantes de preocupación”, concluyó.
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