El uso incorrecto de los suplementos nutricionales ha sido poco documentado en la población general.
Por: Luisa Ochoa
Un paciente masculino de mediana edad fue remitido al hospital debido a que desde hace 3 meses presentaba vómitos recurrentes, náuseas, dolor abdominal, calambres en las piernas, sequedad de boca, aumento de la sed, diarrea y pérdida de peso.
Un mes antes, el hombre había comenzado una terapia con un suplemento nutricional recomendado por un nutricionista.
Bajo esas indicaciones, el paciente había estado tomando diariamente: vitamina D 15 0000 UI (requerimiento diario: 10 mcg (o 400 UI por día)), vitamina K2 100 mcg (requerimiento diario: 100–300 µg), vitamina C, vitamina B9 (folato) 1000 mcg (requerimiento diario) requerimiento: 400 µg), vitamina B2 (riboflavina), vitamina B6, omega-3 2000 mg dos veces al día (requerimiento diario: 200–500 mg), selenio, bioactivo, picolinato de zinc 15 mg (requisito diario: 11 mg).
Debido a que presentó los síntomas mencionados, el paciente interrumpió la ingesta de suplementos, sin embargo, sus síntomas persistieron.
Adicionalmente, el paciente tenía antecedentes de tuberculosis espinal bovina, schwannoma vestibular izquierdo con hipoacusia (operado por vía retrosigmoidea), hidrocefalia tratada con derivación ventrículo peritoneal, meningitis bacteriana y rinosinusitis crónica.
En el examen médico se evidenció que el paciente tenía un deterioro nutricional progresivo, presentaba leve dolor abdominal difuso y no tuvo ningún otro hallazgo significativo en el examen sistémico.
El paciente recibe tratamiento en el hospital
Durante 8 días el paciente estuvo hospitalizado. Allí recibió hidratación mediante fluidoterapia intravenosa, se sometió a análisis de sangre diariamente para monitorear su recuperación y comenzó una terapia con bisfosfonatos orales.
Después de sesiones de asesoramiento adecuadas, el paciente fue dado de alta y se le recomendó un seguimiento con análisis de sangre periódicos. Los bisfosfonatos orales y los antieméticos se mantuvieron después salir del hospital.
En el seguimiento con el endocrinólogo se evidenció que el nivel de calcio sérico corregido había descendido a 2,6 mmol/L, mientras que el nivel de vitamina D en suero seguía siendo >400 nmol/L.
Intoxicación por vitamina D e hipercalcemia severa
Este caso refleja una presentación poco común de intoxicación por vitamina D e hipercalcemia severa atribuida al mal uso de múltiples suplementos nutricionales con más de 20 principios activos.
De hecho, el mal uso o abuso de los suplementos nutricionales ha sido ampliamente documentado y revisado entre los atletas, aunque no tanto en la población general, como el caso del paciente reportado que sufrió intoxicación por vitamina D e hipercalcemia.
A nivel mundial, existe una tendencia creciente de hipervitaminosis D, una condición clínica caracterizada por niveles elevados de vitamina D3 en suero. Además, las manifestaciones clínicas multisistémicas de la toxicidad por vitamina D pueden ser debilitantes, de ahí la necesidad de prevenir su aparición.
Los médicos que atendieron el caso recomiendan que los pacientes busquen la opinión de sus médicos generales con respecto a cualquier terapia alternativa o medicamentos de venta libre que puedan estar tomando o deseen ingerir.
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