Este caso destaca la importancia de considerar diagnósticos alternativos ante presentaciones clínicas aparentemente típicas.
Por: Laura Guio
Un hombre de 32 años acudió al servicio de urgencias aquejando un intenso dolor abdominal localizado en el cuadrante inferior derecho de 24 horas de evolución.
El paciente describía el dolor como agudo, constante y de intensidad progresivamente creciente. Como antecedente relevante, presentaba hipertensión arterial bien controlada en tratamiento con captopril, sin cirugías previas ni alergias conocidas. Negaba consumo de tabaco, alcohol o drogas.
Durante la exploración física, el paciente se mostraba inquieto y con evidentes signos de malestar. Los signos vitales revelaron una temperatura de 37,7°C, frecuencia cardíaca de 96 latidos por minuto y presión arterial de 132/82 mmHg.
La palpación abdominal evidenció dolor y defensa muscular en el cuadrante inferior derecho, sin masas palpables, manteniendo los ruidos intestinales presentes.
Hallazgos de laboratorio e imagen
Los estudios de laboratorio mostraron leucocitosis de 13,4 × 10?/L con predominio neutrofílico del 85%, mientras que la proteína C reactiva y la velocidad de sedimentación globular se encontraban dentro de límites normales.
La hemoglobina fue de 13,5 g/dL, y tanto el perfil de electrolitos como las pruebas de función hepática no presentaron alteraciones. El análisis de orina resultó normal.
La ecografía abdominal inicial no logró visualizar el apéndice, pero identificó un área focal de hiperecogenicidad en la grasa omental del cuadrante inferior derecho, coincidiendo con el punto de máximo dolor a la palpación. El estudio Doppler color no demostró flujo sanguíneo en dicha región. No se evidenciaron alteraciones en vesícula biliar ni en el sistema urinario.
Ante los hallazgos no concluyentes, se procedió a realizar una tomografía computarizada abdominal. Este estudio demostró un área focal de densificación de la grasa en el omento mayor con una región central de hipoatenuación en la región intrahepática del cuadrante superior derecho, acompañada de engrosamiento peritoneal. Significativamente, el apéndice presenta características normales, descartando apendicitis aguda. Estos hallazgos confirmaron el diagnóstico de infarto omental agudo.
Manejo y evolución clínicaUna vez establecido el diagnóstico de infarto omental, se optó por un abordaje conservador mediante control analgésico y medidas de soporte. Durante su hospitalización, el paciente experimentó una mejoría progresiva del dolor y logró tolerar adecuadamente la vía oral. Fue dado de alta con analgesia oral y seguimiento ambulatorio programado.
En la consulta de control a las dos semanas, el paciente refirió resolución completa del cuadro doloroso. Dada la excelente evolución clínica, no se consideró necesario realizar estudios de imagen de control.
Consideraciones clínicasEl infarto omental agudo constituye una entidad poco frecuente resultante de la interrupción del flujo sanguíneo al omento, provocando isquemia y posterior necrosis. Aunque su fisiopatología no está completamente dilucidada, se asocia principalmente con torsión del omento alrededor de su pedículo vascular, que representa entre el 60 y 80% de los casos, seguida de trombosis o embolia de los vasos omentales.
La presentación clínica de esta condición de acuerdo con Hadi S. Alyami et al., plantea un importante reto diagnóstico al simular fielmente una apendicitis aguda. Los pacientes típicamente refieren dolor abdominal súbito e intenso localizado en el cuadrante inferior derecho o izquierdo, pudiendo acompañarse de náuseas, vómitos y febrícula.
A la exploración física se evidencia dolor localizado y ocasionalmente signo de rebote. Sin embargo, a diferencia de la apendicitis, estos pacientes generalmente no presentan anorexia ni alteraciones del tránsito intestinal marcadas.
El diagnóstico definitivo se establece mediante estudios de imagen. La ecografía puede identificar una masa hipoecoica bien delimitada en el omento, aunque la tomografía computarizada ofrece mayor sensibilidad al demostrar un área de densificación grasa con posible líquido circundante. No obstante, en ocasiones el diagnóstico se realiza durante la exploración quirúrgica debido a la presentación inespecífica.
El tratamiento conservador constituye la primera línea de manejo, incluyendo analgesia, antibioticoterapia y reposo. En la mayoría de los casos, los síntomas se resuelven completamente en días o semanas.