Debido a los síntomas de la infección oportunista, el paciente presentaba emaciación grave.
Por: María Camila Sánchez
Un hombre de 35 años, seropositivo para VIH desde hace 4 años, fue admitido en el servicio de urgencias debido a fiebre intermitente y diarrea crónica que persistió durante varios meses. A lo largo de los años, había experimentado varias enfermedades definitorias de SIDA, como neumonía por Pneumocystis carinii y retinitis por CMV.
Tres meses antes del ingreso, el paciente comenzó a experimentar diarrea acuosa y fiebre recurrente, perdiendo significativamente peso (17 kg). Al ingreso, presentaba una temperatura de 39,3 °C, pulso de 104/min, y presión arterial de 120/80. Aunque la exploración física reveló caquexia y aspecto crónicamente enfermo, los hallazgos adicionales fueron anodinos.
Resultados preliminares
Los resultados de laboratorio mostraron una PCR elevada (31 mg/L), hemoglobina baja (9,7 g/dL), hierro sérico disminuido (5 µmol/L), ferritina elevada (323 µg/L), recuento de linfocitos CD4 bajo (13/µL), y carga viral de VIH en plasma de 30,000 copias/mL.
La endoscopia gastrointestinal reveló una mínima inflamación gástrica, mientras que el íleon y el colon mostraron apariencia normal.
A pesar de los hemocultivos y coprocultivos negativos, el paciente fue dado de alta después de 9 días. Sin embargo, dos meses más tarde, requirió otro ingreso debido a diarrea persistente y emaciación grave.
Microorganismos presentes en los exámenes posteriores
Aunque las pruebas diagnósticas iniciales fueron normales, los hemocultivos tomados en este segundo ingreso, después de 72 horas de incubación, revelaron la presencia de un patógeno. La tinción de Gram no mostró organismos, y los subcultivos en diferentes condiciones no produjeron colonias distintas.
Sin embargo, la tinción con naranja de acridina reveló la presencia de bastoncillos en espiral en todos los frascos de hemocultivo positivos.
Se discutió la posibilidad de un falso positivo, pero la confirmación se obtuvo al subcultivar una alícuota del hemocultivo positivo en un frasco fresco. La incubación en condiciones microaerofílicas resultó en el crecimiento de bacterias en 3 días. Las pruebas adicionales, como la reacción de oxidasa y catalasa positivas y la reacción de ureasa negativa, indicaron la presencia de un patógeno.
Un posible caso de Helicobacter ureasa
Inicialmente, la observación de bastoncillos helicoidales en frotis teñidos con naranja de acridina sugiere la presencia de microorganismos como Helicobacter/Campylobacter, Borrelia, Leptospires y Treponema.
Dada la historia clínica y la presentación de la paciente, Helicobacter/Campylobacter parecía ser el diagnóstico más probable. Sin embargo, la diferenciación de Helicobacter ureasa negativo mediante cultivo y análisis bioquímico resulta laboriosa y se suele realizar en laboratorios de referencia.
Los autores del caso optaron, en cambio, por un enfoque molecular para una identificación más precisa, utilizando cebadores de ADN específicos para el género Helicobacter, dirigidos a la secuencia del gen 16S rRNA, mediante un protocolo estándar de amplificación. El par de cebadores produjo un producto de 292 pb.
Identificación y tratamiento oportuno
Para validar la especificidad de los cebadores, se utilizaron ADN genómico de Escherichia coli, Campylobacter coli y C. jejuni como plantillas. Solo se observó la amplificación del producto de 292 pb con ADN de H. pylori o del aislado del paciente, cuya secuenciación reveló una homología superior al 98% con H. cinaedi. La identificación se confirmó más tarde mediante métodos bioquímicos convencionales en un laboratorio de referencia.
Mientras tanto, la salud del paciente se deterioraba gravemente. Tras la identificación de H. cinaedi, se inició inmediatamente un tratamiento con ciprofloxacino. En 72 horas, su temperatura descendió por debajo de 37 °C. Fue dado de alta tres semanas más tarde, una vez que cesó la diarrea y ganó peso. Su condición seguía siendo estable durante el seguimiento ambulatorio realizado dos meses después.
Reportes previos
La enfermedad sistémica causada por H. cinaedi en pacientes con VIH, inicialmente descrita en hombres homosexuales con proctitis en 1985, fue reconocida por primera vez hace aproximadamente cinco años. Sin embargo, su frecuencia sigue siendo subestimada.
Aunque H. cinaedi es claramente Gram negativo, los organismos pueden pasar desapercibidos en las tinciones de Gram de los hemocultivos debido al elevado fondo. Por lo tanto, la tinción con naranja de acridina de los frascos de hemocultivos positivos, donde no se aprecian organismos en la tinción de Gram, debería implementarse como procedimiento estándar en todos los laboratorios clínicos que utilicen sistemas automatizados de hemocultivos.
La identificación rápida de la especie H. cinaedi puede lograrse mediante la amplificación y secuenciación de un producto de 292 pb del gen 16S rRNA.
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