La información sobre esta terapia dual no es amplia en la literatura, pero este caso permite conocer las opciones que los especialistas pueden tomar.
Por: Belinda Burgos
A la fecha, según han referido distintos estudios, los médicos pudieran tener sus reservas prescribiendo doble terapia biológica debido al factor seguridad, ya que existen pocos datos sobre la combinación dual para la psoriasis concomitante y la artritis psoriásica.
Sin embargo, un caso reportado indica entre sus resultados que, en la mayoría de los pacientes, se puede lograr el control de la enfermedad con monoterapia biológica y su combinación con un agente sistémico oral.
Se trató de una mujer asiática de 38 años con historial previo de psoriasis severa y generalizada desde los 12 años y artritis psoriásica debilitante desde 19 años. El caso se reportó en el Departamento de Dermatología, adscrito a la Universidad de California en San Francisco.
En el reporte preliminar, su historial incluyó numerosas deformidades articulares de las manos y los pies, tanto postular como de brotes de psoriasis eritrodérmica. Su psoriasis era refractaria a numerosas terapias tópicas, fototerapia y terapia de Goeckerman.
La terapia con Goeckerman es un régimen para el tratamiento de la psoriasis en placas de moderada a severa que utiliza una combinación de alquitrán de hulla crudo y radiación ultravioleta artificial.
La paciente fue tratada con múltiples combinaciones de doble terapia biológica, incluyendo ustekinumab y etanercept durante 12 meses, secukinumab más etanercept durante 6 meses, y guselkumab más etanercept durante 15 meses.
A lo largo del tratamiento de la paciente, los eventos adversos sólo ocurrieron con el ustekinumab más la combinación de etanercept, lo que derivó en una aumento de la incidencia de infecciones del tracto urinario y de las vías respiratorias superiores, incluida una hospitalización por gripe H2N1, según indicaron los especialistas del caso.
En el documento aclararon que la ciclosporina y el metotrexato se suspendieron debido a un aumento de la hipertensión que trajo como consecuencia efectos secundarios gastrointestinales, los cuales fueron descritos como intolerables por la paciente.
“Durante esta fase de prueba y error, la enfermedad articular del paciente mejoró con etanercept, mientras que su piel se aclaró únicamente con ustekinumab. Incluso, según el reporte, luego de un brote particularmente severo, la paciente solicitó tratamiento con 2 biológicos simultáneamente, y después de discutir los riesgos, se inició la terapia con ustekinumab, por 45 mg cada 3 meses, y etanercept, por 50 mg semanales”, reseñaron los especialistas.
En este caso, en particular, se reflejó que la monoterapia con etanercept era incapaz de controlar su psoriasis, por lo que los especialistas acudieron a la monoterapia con secukinumab y esto demostró un 90% de mejora en su piel.
Por otro lado, pese a aumentar la dosis de mantenimiento de secukinumab a partir de 300 mg mensualmente a 300 mg cada 2 semanas, la paciente reportó que sus síntomas articulares comenzaron a empeorar.
Por esa razón, cuando los médicos tratantes incluyeron en el tratamiento Etanercept, por 50 mg semanales junto al secukinumab, encontraron una mejoría en la actividad de la enfermedad articular, lo que en resumen indica que la terapia con etanercept y guselkumab mensual durante 15 meses, no mostró efectos adversos en estos pacientes.
Discusión para el futuro
Según este caso clínico, las investigaciones futuras deben examinar el potencial papel de los anticuerpos monoclonales bi-específicos en el tratamiento de la psoriasis y la artritis psoriásica.
“Es importante resaltar que cuando los pacientes no responden a la monoterapia biológica o combinación de un biológico con un agente sistémico oral, la terapia dual es una posible opción de tratamiento”, resaltaron.
Acceda al estudio aquí.