El cáncer gástrico es poco frecuente en la gestación, y cuando ocurre, suele detectarse en estadios avanzados, pues sus síntomas son similares a los del embarazo.
Por: María Camila Sánchez
Una paciente de 24 años de edad, en la décimosexta semana de su primer embarazo, presentó visión doble durante tres días. Refería vómitos recurrentes, dolor abdominal difuso, reducción de la ingesta oral y una pérdida de 10 kg durante los pasados dos meses. Durante la exploración física, los profesionales de la salud describieron que la mujer estaba desnutrida y anémica.
Sin embargo, no presentó fiebre, dolores de cabeza, debilidad en las extremidades, visión borrosa ni convulsiones. Su agudeza visual mejor corregida era normal en ambos ojos. Tenía una restricción de la abducción en el ojo derecho, pero el resto de los movimientos extraoculares eran normales.
La reacción pupilar y la sensibilidad corneal eran normales en ambos ojos. El examen del fondo de ojo no mostró papiledema. Estos hallazgos sugieren una parálisis del nervio abducente en el lado derecho. La exploración de otros nervios craneales fue normal.
El examen abdominal reveló una masa dura de 6 × 6 cm en el epigastrio y la presencia de líquido libre, y una ecografía mostró un útero grávido y engrosamiento de la región antropilórica del estómago, ovarios agrandados y ascitis (acumulación de líquido).
Hallazgos abdominalesSe realizó una paracentesis abdominal, que reveló células malignas en la citología. La paciente y sus familiares no estaban dispuestos a continuar con el embarazo, por lo que se procedió a la interrupción médica por malignidad avanzada.
La gastroscopia reveló un crecimiento ulcero proliferativo en la región antropilórica, que provocaba un estrechamiento luminal. El examen histopatológico mostró un carcinoma poco diferenciado, con inmunohistoquímica positiva para citoqueratina 7 y negativa para CD 20 y CDX2.
La tomografía por emisión de positrones reveló un aumento de la captación de FDG en la región antropilórica del estómago, la silla turca, el clivus occipital, el húmero, la clavícula, el esternón, las costillas, múltiples vértebras, los ganglios cervicales, mediastínicos, abdominales y pélvicos, el peritoneo, el epiplón y los ovarios bilaterales.
Cáncer gástrico
Con base en investigaciones anteriores, la paciente fue diagnosticada con cáncer gástrico con metástasis en la base del cráneo y en múltiples localizaciones del esqueleto axial y apendicular y del tumor de Krukenberg.
La parálisis del nervio abducente era atribuible a la metástasis paraselar, ya que no se evidenciaba ninguna otra enfermedad neurológica en esta paciente. Se le colocó un stent metálico autoexpandible antropilórico para la obstrucción de la salida gástrica y recibió cuidados de soporte. Sin embargo, falleció 2 meses después.
Tumor de Krukenberg
El tumor de Krukenberg (TK), cáncer metastásico de estirpe epitelial que infiltra el estroma ovárico, se presenta entre el 5% y el 10% de las mujeres con cáncer gástrico. Por el contrario, la metástasis en la base del cráneo (SBM) es extremadamente rara en el cáncer gástrico y, hasta la fecha, sólo se han descrito 3 casos en la literatura.
El cáncer gástrico es una causa infrecuente de vómitos durante el embarazo. A menudo se diagnostica en un estadio avanzado debido a la presentación tardía por parte de las pacientes, que lo confunden con síntomas gestacionales.
Los cánceres más frecuentes durante el embarazo
El cáncer gástrico asociado al embarazo es poco común, afectando aproximadamente entre el 0,026% y el 0,1% de todos los embarazos. Los síntomas durante el embarazo temprano pueden ser similares a los del cáncer gástrico, y dado que la endoscopia no se realiza de forma rutinaria para los síntomas gastrointestinales durante esta etapa, existe el riesgo de que el cáncer gástrico sea diagnosticado en un estadio avanzado.
El cáncer de mama, cuello uterino e, incluso, los hematológicos son los que se diagnostican con mayor frecuencia en mujeres embarazadas y con síntomas específicos. Sin embargo, en el caso del cáncer gástrico, este se manifiesta a través de náuseas, vómitos y fatiga que pueden interpretarse erróneamente como síntomas gestacionales, de ahí que estos se diagnostiquen en estadios avanzados.
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