Cuando el corazón falla, la reducción en el flujo sanguíneo al riñón puede causar enfermedad renal. A su vez, la disfunción renal, al no eliminar líquidos, sobrecarga al corazón, creando un círculo vicioso.
Por: Katherine Ardila
La insuficiencia cardíaca es una condición sindromática que afecta aproximadamente al 3% de la población global, caracterizándose por su complejidad tanto en diagnóstico como en tratamiento.
Su manejo requiere un enfoque integral que contemple intervenciones farmacológicas y no farmacológicas, las cuales deben ser implementadas por equipos multidisciplinarios altamente especializados.
En este contexto, la Fundación Cardioinfantil, conocida como LaCardio, ubicada en Bogotá, Colombia, ha establecido una unidad Cardiorrenal que aborda de manera especializada las diversas etiologías de esta condición. Entre las patologías consideradas se incluyen la enfermedad coronaria, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, las cardiopatías congénitas del adulto y las miocardiopatías, entre otras.
Un desafío con el que siempre han luchado en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca es su estrecha relación con la enfermedad renal crónica (ERC), presente en hasta el 40% de los pacientes.
Por esto, desde la Revista MSP, conversamos con dos expertos que forman parte importante de la unidad cardiorrenal, en Colombia, los doctores Carlos Ortiz, cardiólogo, y Eduardo Zúñiga, nefrólogo.
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Unidad Cardiorrenal
Se distingue por su enfoque colaborativo en el cual, especialistas de diferentes disciplinas, realizan un acompañamiento simultáneo y coordinado del paciente, permitiendo optimizar estrategias terapéuticas en tiempo real.
"No solamente son nefrólogos y cardiólogos, sino todo un equipo, trabajadora social, psicólogo, enfermeras que brindan bienestar a nuestros pacientes, etc", explicó el Dr. Zuñiga durante la conversación.
Agregó qué "cada vez son más las enfermedades que afectan el riñón y el corazón, pues son compartidas. Los pacientes con diabetes, hipertensión, con envejecimiento, tienen con más frecuencia problemas cardíacos y renales".
Así pues, este modelo facilita decisiones clave, como la titulación de medicamentos, el monitoreo de síntomas y la implementación de intervenciones para mitigar la congestión. Como resultado, se contribuye a reducir las hospitalizaciones, mejorar los desenlaces cardiovasculares y preservar la función renal.
Según el Dr. Ortiz, cardiólogo de la unidad, "el impacto es inmediato, ya que los pacientes aprecian que las decisiones se toman de manera coordinada para atender tanto su salud renal como cardíaca".
Herramientas diagnósticas y vínculo entre lo cardiaco y lo renal"Cuando el corazón falla, empieza a llegar menos sangre al riñón y la sola enfermedad cardíaca puede llegar a producir enfermedad renal. Pero, cuando el riñón empieza a fallar, y no elimina los líquidos, eso le produce un trabajo más al sistema cardíaco y se vuelve un círculo vicioso", dice el nefrólogo, explicando el vínculo entre estas dos.
Además, en cuestiones de diagnóstico y tratamiento, esta unidad ha integrado tecnologías de vanguardia. En palabras del Dr. Ortiz, "La cardio siempre se ha caracterizado por tener tecnología de punta y, desde la parte cardíaca, tenemos todo el armamentario de las imágenes, los biomarcadores, utilizamos herramientas para evaluar en el paciente los grados de congestión, etc".
"También, en los tratamientos que nos ofrecen desde nefrología, está desde una diálisis temprana, una ultrafiltración, equipos a la cabecera del paciente mirándole cómo va su congestión", y por supuesto, escenarios de aprendizaje, "cada vez más, nosotros aprendemos de ellos y ellos aprenden de nosotros", explica el cardiólogo.
El Dr. Zúñiga también mencionó otras tecnologías empleadas: "Además, contamos con otras tecnologías, por ejemplo, la evaluación con ecografía de la parte intravascular y extravascular para poder determinar si ese paciente verdaderamente está congestivo. Esto nos permite articularnos entre cardiología y nefrología".
Educación y prevención
Durante la conversación, ambos especialistas estuvieron de acuerdo en lo importante que es hablar de prevención, especialmente durante las festividades, cuando el exceso de sodio, azúcar y alcohol puede agravar condiciones cardiorrenales.
"Hay que tener cuidado primero con el exceso de alcohol... Cada vez entendemos más desde el punto de vista biológico, que el exceso de alcohol daña tanto el corazón como el riñón y puede afectar sobre todo a arritmias cardíacas", dice el cardiólogo.
Además, recordó que debemos tener precaución con "el exceso más que de sal, con estos alimentos que vienen ultraprocesados, si traen permanganato de sodio, sulfitos y esas grandes cantidades de sodio, en un paciente que tiene problema renal o problema cardíaco, les aseguro que en el 31 de diciembre van a estar hinchados, ahogados y fatigados". Advirtió el Dr. Ortiz.
Asimismo, para concluir, el Dr. Zuñiga, mencionó que "la invitación es a que tengamos una Navidad saludable, que nos regalemos el cuidado, que tomemos unos tiempos para hacer ejercicio, una buena hidratación y evitar los excesos".