La relación entre el HDL y las enfermedades cardíacas aun no está clara, pero se ha descubierto que el papel del HDL en la salud es complicado y cambiante.
Colesterol "bueno" y colesterol "malo": estos conocidos personajes han protagonizado durante mucho tiempo la saga de la salud cardiaca. Pero resulta que el colesterol "bueno" no siempre es tan bueno.
En los últimos doce años aproximadamente, la investigación sobre las partículas que transportan el llamado colesterol bueno -conocidas como lipoproteínas de alta densidad, o HDL- han protagonizado una historia mucho más matizada y conflictiva sobre el efecto del HDL en las enfermedades cardiovasculares.
Y un nuevo estudio a gran escala aporta nuevas dudas, donde los niveles elevados de colesterol HDL no se asociaron a protección frente a las enfermedades cardiovasculares en participantes blancos o negros, según informan los investigadores en la edición de noviembre de la revista Journal of the American College of Cardiology. En cuanto a los niveles bajos de colesterol HDL, se produjo una división, con una relación con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca en los participantes blancos, pero no en los negros.
El estudio es el primero en hallar una diferencia en el riesgo ligado a niveles bajos de colesterol HDL entre blancos y negros. También se suma a las pruebas cada vez más numerosas de que un nivel elevado de colesterol HDL no es necesariamente beneficioso para la salud cardiaca.
Parece ser que hay otros atributos del HDL que pueden ser buenos. Pero los investigadores también han descubierto que el papel del HDL en la salud es complicado y cambiante, y que queda mucho por averiguar.
La relación entre el HDL y las enfermedades cardiacas no está clara
El colesterol se ha explicado durante mucho tiempo como el "bueno" frente al "malo". Un nivel elevado del tipo "bueno" se ha relacionado con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, mientras que tener mucho del tipo "malo" -transportado por las partículas de lipoproteínas de baja densidad, o LDL- se ha relacionado con un mayor riesgo.
Uno de los principales informes que otorgaron al colesterol HDL la etiqueta de "bueno" fue el Framingham Heart Study, un estudio dirigido por el gobierno que se puso en marcha en 1948 para investigar los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares. En 1977, los investigadores de Framingham informaron de una relación inversa entre el colesterol HDL y el riesgo de enfermedad coronaria en un grupo formado por participantes blancos.
Sin embargo, estudios posteriores refutaron la premisa de que unos niveles altos son automáticamente buenos para la salud del corazón. Las personas con una mutación genética que aumenta su nivel de colesterol HDL, por ejemplo, no tienen menos riesgo de sufrir infartos de miocardio que las personas sin la mutación (SN: 18/5/12). Y una clase de fármacos desarrollados para aumentar el colesterol HDL hizo un gran trabajo aumentando las cifras, pero no marcó la diferencia en lo que se refiere al riesgo cardiovascular.
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