¿Nariz tapada sin gripe? 7 causas detrás de la congestión nasal persistente y cuándo consultar

Fiebre prolongada, pérdida del olfato, dolor facial o congestión en un solo lado pueden indicar condiciones serias como sinusitis crónica o pólipos nasales.

Por: Katherine Ardila


La congestión nasal permanente suele ser más que una simple molestia pasajera. Esta condición, caracterizada por la inflamación prolongada de los tejidos internos de la nariz, puede alterar el descanso nocturno, la capacidad respiratoria adecuada, la concentración durante el día e incluso los hábitos alimenticios. 

Cuando la obstrucción nasal se mantiene de forma continua, especialistas advierten que estamos ante una señal que merece evaluación médica, pues indica que algún factor está afectando el sistema respiratorio de manera persistente.

¿Por qué la congestión se vuelve crónica?

El proceso fisiológico detrás de la congestión nasal implica la inflamación de la mucosa nasal y con frecuencia se asocia con un aumento en la producción de mucosidad. 

Si bien esta respuesta inflamatoria puede ser temporal en casos de resfriados comunes, su persistencia convierte a la congestión en un indicador de posibles problemas respiratorios que requieren atención. 

La obstrucción nasal crónica no debe considerarse un estado normal, sino más bien una condición que merece diagnóstico y tratamiento adecuados.

7 causas detrás de la obstrucción nasal persistente

Diversas condiciones médicas pueden explicar por qué la congestión nasal se mantiene de forma continua. 

  1. Las alergias respiratorias: Son una de las causas principales, donde la exposición a alérgenos como polvo, ácaros, pólenes o caspa de animales desencadena una inflamación permanente en la mucosa nasal, acompañada frecuentemente de estornudos y picazón. 
  2. La rinitis no alérgica: Es otra causa significativa, caracterizada por inflamación crónica sin origen alérgico ni infeccioso, donde desencadenantes como cambios climáticos, perfumes, humo o aire seco pueden perpetuar los síntomas.
  3. Problemas estructurales: La desviación del tabique nasal, la presencia de pólipos nasales o el aumento del tamaño de los cornetes reducen mecánicamente el paso del aire y generan congestión habitual, que en muchos casos afecta predominantemente a un solo lado de la nariz
  4. La sinusitis crónica: definida como la inflamación prolongada de los senos paranasales que puede extenderse por semanas o meses, produce congestión diaria, molestia facial y disminución de la capacidad olfativa, siendo especialmente frecuente en personas con alergias preexistentes o pólipos nasales.
  5. El uso excesivo de descongestionantes nasales: puede generar un fenómeno conocido como "efecto rebote", donde la obstrucción se intensifica progresivamente con el empleo continuado de estos sprays. 
  6. Las infecciones respiratorias recurrentes: particularmente resfriados o procesos infecciosos que no reciben tratamiento adecuado, dejan como secuela una inflamación persistente que mantiene la congestión nasal. 
  7. Factores ambientales: ambientes mal ventilados, el uso constante de aire acondicionado, sistemas de calefacción o niveles elevados de humedad actúan como irritantes constantes de la mucosa nasal, perpetuando el ciclo de obstrucción.
¿Cuándo buscar atención médica?

El abordaje terapéutico de la congestión nasal crónica debe centrarse en el tratamiento de la causa subyacente, ya que las soluciones temporales no resuelven el problema de fondo.

 Ignorar la obstrucción nasal persistente puede predisponer a complicaciones como sinusitis recurrentes o apnea del sueño, condiciones que impactan significativamente la calidad de vida. Se recomienda consultar con un profesional de la salud cuando la congestión supera los diez días de evolución, cuando se presenta fiebre prolongada, sangrado nasal habitual, dolor facial intenso, pérdida del olfato o cuando la obstrucción se localiza exclusivamente en un lado de la nariz

Estos signos de alerta pueden indicar condiciones como sinusitis crónica, pólipos nasales o infecciones que requieren evaluación y tratamiento específicos.

La identificación temprana y el manejo adecuado de las causas subyacentes de la congestión nasal persistente resultan fundamentales para restaurar la función respiratoria normal y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta condición. 

La consulta con especialistas en otorrinolaringología o alergología permite establecer diagnósticos precisos e implementar estrategias terapéuticas efectivas adaptadas a cada caso particular.





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